Buenos y apacibles días. BAE, no esperaba menos. Fin haz de darle, y preocuparte no debes que, decir lo que debemos, diremos. A más abundamiento de nostalgias pretéritas, el caballero Vísperas, señor donde los haya, nos hará una somera introducción a lo que fue la historia de aquél Capitán y tal dama, allá por la imperial Toledo; con el Cristo, la vega y el sombrero. Dudas no tengo, hermosa nuestra, que besaremos su mano a un tiempo; y, si ufano me meto en el endógeno cuento de mi hermano, sé que me hará perdonar. Lo dicho, este humilde, su mano no besa, beso. PC