"Cuando por ese camino íbamos al pozo para llenar los cantaros de agua para beber en la era, e incluso por otros muchos lugares había que ser algo toreros, Los Murieles tenían una ganadería de toros bravos..." ("VIRGO") Pues aquí está el pozo al que se hace referencia... y el camino de Hoyos - Rehoyos, a la derecha y a la vera del camino... la ya atorada cocina de la tía Prudencia... y en lo alto de la loma el "Chozo dela Sra. Agueda"... ¡qué te vamos a contar que tu no sepas! El tío Vicente se sabe muchísimas historias... nosotros sólo hemos cogido algunas "migajas" que se ha dejado caer. Tenemos que ir a visitarle. SALUDOS.
Efectivamente ese es el pozo de “Tierra de Santos”, de ahí sacábamos agua para beber, también hay que decir que una vez llenos los cantaros y los barriles tanto David como yo nos echábamos algún cubo de agua para refrescarnos, mucho me acuerdo del buen David que a igual que yo estaba con su padre el tío Evaristo.
La pequeña construcción en ruinas que se aprecia muy cerca del pozo era un pilón donde echábamos agua para que bebiera la yunta, en la otra con una pared haciendo un redondel en su interior había un naranjo, y junto a esos eucaliptos estaba la huerta del señor Nicolás.
El tío Vicente sabe mucho de todo esto y tiene muy buena memoria, alguna vez le preguntamos cosas que hemos olvidado, nombre de herramientas o piezas que la componen y nos explica todo con detalle, y comentamos con frecuencia lo prudente que eran los labradores, en pleno rastrojo estaba todo muy seco y funcionaba la hornilla e incluso cuando descansaban fumaban y jamás hubo un incendio forestal.
Una vez más y desde mi punto de vista, es imperdonable que nuestro pueblo, UN PUEBLO, que ha vivido muchos años o siglos del campo y de la artesanía, y que esos hombres amigos del sombrero de paja y mujeres gustosas de llevar toquilla (que también segaban) no tengan algo en GRANDE que nos recuerde su paso por este mundo tan injusto.
En algunos pueblos si existen nombres de calles, plazas o monumentos recordándolos, lo he visto yo.
La pequeña construcción en ruinas que se aprecia muy cerca del pozo era un pilón donde echábamos agua para que bebiera la yunta, en la otra con una pared haciendo un redondel en su interior había un naranjo, y junto a esos eucaliptos estaba la huerta del señor Nicolás.
El tío Vicente sabe mucho de todo esto y tiene muy buena memoria, alguna vez le preguntamos cosas que hemos olvidado, nombre de herramientas o piezas que la componen y nos explica todo con detalle, y comentamos con frecuencia lo prudente que eran los labradores, en pleno rastrojo estaba todo muy seco y funcionaba la hornilla e incluso cuando descansaban fumaban y jamás hubo un incendio forestal.
Una vez más y desde mi punto de vista, es imperdonable que nuestro pueblo, UN PUEBLO, que ha vivido muchos años o siglos del campo y de la artesanía, y que esos hombres amigos del sombrero de paja y mujeres gustosas de llevar toquilla (que también segaban) no tengan algo en GRANDE que nos recuerde su paso por este mundo tan injusto.
En algunos pueblos si existen nombres de calles, plazas o monumentos recordándolos, lo he visto yo.