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MEMBRIO: FRANCISCO JAVIER., no es de extrañar, y nosotros empeores...

¿QUIENES HEREDARÁN LAS GLORIOSAS TRADICIONES?

¿Quiénes serán los depositarios de la tradición del cante, cuando se vayan los que saben? ¡Que se vayan muy tarde! ¿Quiénes, asimismo, serán testigos del saber escuchar? ¡Que se marchen al mismo tiempo y tan tarde!
En mi pueblo, antes de la imposición del ruido amorfo- chunda chunda, que diría mi amigo Gonzalo- Ruido mucho más pernicioso para el alma y el oído, aunque no para los pulmones, que el propio tabaco- existía la costumbre de cantar en los bares. Se cantaban canciones populares, cuando se hacía en grupo; y, también, en “solo”, cuando nos encaminábamos por el sendero del cante jondo. Existía el consentimiento tácito inveterado de saber escuchar y saber cantar. Saber escuchar, es tan importante como saber cantar- por eso la naturaleza nos dotó de dos instrumentos de audición- Saber cantar, es muy importante porque la voz, al fin y al cabo, no deja de ser un instrumento del alma. Es el alma, la que distingue el cante del grito. Es ella, la que instrumentaliza el tono, la armonía, el tiempo.
¿Quiénes heredarán en mi pueblo, y tendrán valor y estilo para seguir la senda, los silencios de la barra? ¿Quiénes ese toque? ¿Quiénes ese cante? ¿Quiénes esos oídos?
Me alegra mucho ver a mi amigo, escuchando y sonriendo. A los otros, los llevo en la sangre.
Salud para todos, y que se calle el grito. ¡Momentos y mementos! PC

FRANCISCO JAVIER., espero que te recuperes de tu lumbalgia lo mejor posible, y de
estas se bastante, no me atrevo a decir que llevo mas de un años que no me visitan, el comentarla me dan panico no sea que las vuelvas a despertar, como
bien sabes el dolor machaca a uno, yo llego a inyectarme a mi mismo, el unico
problema es que lo hago por el lugar que puedo.
Sobre la pregunta ¿Quienes heredaran las gloriosas tradiciones?, es un tema que
me he pronunciado en algunas ocasiones, he llegado a la conclusion que como no
estamos repetidos no hay herederos, como nos paso con Nicolas Cornejo, Casimiro Modesto, y tantos otros etc., por nombrar algunos, normalmente a veces
contestan "que nadie es imprecindible", pero lo cierto es que el vacio que unos
dejan, vacio se queda, y como dicen por aqui, esto es lo que ahi. SALUDOS PC.

Estimado TASIO. Gracias por desearme la recuperación. Evidentemente, como conoces el dolor no tengo que explicártelo porque ya te solidarizas. Mi problema se agudiza porque se me pinza el nervio ciático y las paso realmente canutas. Y el caso es que sigo viniendo a mis cosas. Esta mañana, que he estado en una reunión casi tres horas, entre sentado y de pié, he visto todo el universo estelar. Que se joda, que dentro de poco me voy a infectar unas birras en vena.
En cuanto a las tradiciones. Sí, se van perdiendo. Si se pierden las tradiciones, se pierde la cultura y los pueblos mueren paulatinamente; mueren de inanición. Evidentemente, las personas no se pueden reemplazar (Ahora se habla de clonación) pero, la cultura, sí podría continuar. Nuestro pueblo ha perdido capital humano; esa es la cuestión.
En cuanto a las personas que citas, obviando- quizás por modestia- a D. Emilio Alfonso y Domínguez. Sí, es cierto. Dejaron en gentes de nuestra generación un vacio importante- quizás por su propia idiosincrasia- Pero, sabemos que Membrío, nunca tuvo héroes ni seguramente necesidad de crearlos- cuanto menos desde el punto de vista sociológico- porque casi siempre en nuestro interior solemos tener nuestro pequeño gran héroe; que, a veces, coincide con nosotros mismos. Seguramente, si políticamente es rentable, algún día declaremos hijo predilecto, con su correspondiente calle, al Lute; por poner un ejemplo. Un abrazo y tómate un pizco ron a mi salud. PC

FRANCISCO JAVIER., no es de extrañar, y nosotros empeores sitio hemos hecho
guardia, que algún lucido adelantado.... a su egoísmo de popularidad política
nombraran hijo predilecto y le pusieran el nombre de una calle al LUTE,
esgrimiendo la muerte y enterramiento de su madre en nuestro glorioso
cementerio, en el que algunos nos intentaron hacer de creer que la visitaba
por las noches y les dejaba flores, hecho negado por el reseñado, en su hoja
de servicio acumula el merito de echar sal gorda a las gallinas, por lo que
estas en su efecto morían, siendo recogida por el autor para posteriormente
comérsela, era el único en esos tiempos que pasaba hambre, y lo mas reseñable
, vino al pueblo de Salorino A dar una conferencia para la venta de su libro
, desconocía totalmente el pueblo de Membrio y de sus vivencias personales,
le tuvieron que refrescar algunos paisanos sus haceres, lo dicho méritos de
sobra, mañana lo proponemos. Lo de un pizco de RON con naranja, a su salud.
SALUDOS.