REONDA, qué chiquinina eras cuando vino el obispo. Que tenga conciencia de ello, yo te conocí de más p´acá que la
foto, pero cierto que antes que te conocieran otros muchos. Crecimos juntos y seguro que cuando estabas en la cuna, o cuando tu madre o tu abuela te echaron a andar, ya estaba por allí el Tomás Balearín correteando torpemente a tu lado, sólo era cuestión de meses.
Recuerdo que jugábamos muchas veces a los médicos, detrás de las cortinas de saco de las
puertas de nuestras
casas. Más de
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