Bueno... tampoco es mucho. El descubrir "Los Ojeros" por casualidad, buscando la famosa "
Piedra de Misericordia", fue de lo más flipante que nos ha sucedido. Entramos en las dos o 3
cuevas en la ladera de la
Sierra y lo pasamos mal; pero había que entrar... ¡claro, que íbamos sólo! Una imprudencia de los 30 años... pero no se nos ha olvidado. SALUDOS.