La Chicharra
Algunos las llaman cigarras, otros prefieren llamarlas coyuyo, a mi me agrada decirles chicharras. Los tres nombres son denominaciones vulgares de las distintas especies que pertenecen a la Familia Cicadidae.
Las chicharras tienen un cuerpo robusto e ingeniosamente coloreado con combinaciones de amarillo, verde, naranja, rojo, negro y pardo. Tal juego de colores junto a la lentitud de sus movimientos les permiten pasar inadvertidas entre las hojas de los árboles donde viven. Son insectos tan inofensivos como bonitos, tentándonos a admirarlos entre las manos cuando uno de ellos se tropieza entre nuestros pasos. Tienen 4 alas, las dos más pequeñas son las posteriores que están ocultas y protegidas por las otras dos alas cuando la chicharra no está volando. Las alas anteriores son grandes y muy visibles. Los dos pares de alas son membranosos, en su mayor parte translúcidas y adornan a la chicharra con destellos brillantes cuando el sol las toca. Con las alas las chicharras pueden llegar a todas las ramitas que desean, viajando de árbol en árbol, jugando a esquivar las hojas.
Desde niño no las he vuelto a verlas, y esto fue en Los Hornos, en unos eucaliptos y retamas que rodeaban el cortijo.
SALUDOS.
Algunos las llaman cigarras, otros prefieren llamarlas coyuyo, a mi me agrada decirles chicharras. Los tres nombres son denominaciones vulgares de las distintas especies que pertenecen a la Familia Cicadidae.
Las chicharras tienen un cuerpo robusto e ingeniosamente coloreado con combinaciones de amarillo, verde, naranja, rojo, negro y pardo. Tal juego de colores junto a la lentitud de sus movimientos les permiten pasar inadvertidas entre las hojas de los árboles donde viven. Son insectos tan inofensivos como bonitos, tentándonos a admirarlos entre las manos cuando uno de ellos se tropieza entre nuestros pasos. Tienen 4 alas, las dos más pequeñas son las posteriores que están ocultas y protegidas por las otras dos alas cuando la chicharra no está volando. Las alas anteriores son grandes y muy visibles. Los dos pares de alas son membranosos, en su mayor parte translúcidas y adornan a la chicharra con destellos brillantes cuando el sol las toca. Con las alas las chicharras pueden llegar a todas las ramitas que desean, viajando de árbol en árbol, jugando a esquivar las hojas.
Desde niño no las he vuelto a verlas, y esto fue en Los Hornos, en unos eucaliptos y retamas que rodeaban el cortijo.
SALUDOS.