Pero el beso, por excelencia, tipo chupinazo, fue el protagonizado por “Asun y Pablo”; bueno, yo diría más bien por “Pablo y Asun”; o, en realidad, por “Pablo solo”. Que cada cual se quede con la versión que más le convenza. La prueba pericial está, evidentemente, en la foto.
El problema surgió cuando se vieron en casa a solas. Asun reprendió a Pablo por la exhibición tan desvergonzada que había hecho; a renglón seguido Pablo reprendió a Asun porque siempre le está diciendo lo que hace mal y esta vez no se lo consiente. A la media hora ya había salido lo de la callejina de antes de ser ni siquiera novios. Total que Pablo se fue a la puerta y dijo: “Me voy pal pueblo y déjame en paz”. Como podéis observar, lo típico en los matrimonios bien avenidos. Tras el portazo correspondiente, desapareció; pero por muy poco tiempo, porque la puerta se abrió sorpresivamente segundos después. Pablo dijo:
Quiero decirte algo importante:
Que ese beso no fue fingido.
Habla por mis torpes silencios,
Por lo mucho que te he querido.
Por tantas alegrías y penas,
Por los muchos años compartidos,
Por los momentos de grandes triunfos,
Por otros que fueron más sufridos.
Por tu sí ante el altar,
Con Dios principal testigo,
Pues sellamos un pacto eterno
Del que no me he arrepentido.
Por el triunfo en el amor
Reflejado en nuestros hijos,
Fernando, Pablo y María,
Y en especial por Enriquiño.
Por tus llamadas de atención
Cuando estaba muy distraído;
Por ayudar a levantarme
Si me observabas decaído.
Por perdonarme mis fallos,
Por permitir ser yo mismo;
También por pasar de largo
Algunos de mis caprichos.
Por entregarme tu vida
Por darme tanto cariño.
Por eso te amaré tanto,
Que imposible describirlo.
¡Que me salió del corazón!
Con ese beso, te repito,
Resumo mi vida entera,
La que comparto contigo.
Y que es gracias a ti
Tan poco lo que preciso
Que a pesar de Adán y Eva,
Yo vivo en el paraíso.
Cerró la puerta y se fue. Luego Asun empezó a llamarlo, pero Pablo ya no quiso pararse. Corrió tras él para darle un abrazo tan fuerte como sus fuerzas se lo permitieran. Si lo alcanzó, nunca lo sabremos. Sí sabemos que Pablo fue visto por el pueblo, como tantos otros fines de semana...
Post data: Ellos saben que la realidad de ese día superó a esta pobre ficción, pero lo cierto es que la ficción es bonita y vende sueños, por eso la queremos tanto.
Felicidades a los dos. Un abrazo muy fuerte.
El problema surgió cuando se vieron en casa a solas. Asun reprendió a Pablo por la exhibición tan desvergonzada que había hecho; a renglón seguido Pablo reprendió a Asun porque siempre le está diciendo lo que hace mal y esta vez no se lo consiente. A la media hora ya había salido lo de la callejina de antes de ser ni siquiera novios. Total que Pablo se fue a la puerta y dijo: “Me voy pal pueblo y déjame en paz”. Como podéis observar, lo típico en los matrimonios bien avenidos. Tras el portazo correspondiente, desapareció; pero por muy poco tiempo, porque la puerta se abrió sorpresivamente segundos después. Pablo dijo:
Quiero decirte algo importante:
Que ese beso no fue fingido.
Habla por mis torpes silencios,
Por lo mucho que te he querido.
Por tantas alegrías y penas,
Por los muchos años compartidos,
Por los momentos de grandes triunfos,
Por otros que fueron más sufridos.
Por tu sí ante el altar,
Con Dios principal testigo,
Pues sellamos un pacto eterno
Del que no me he arrepentido.
Por el triunfo en el amor
Reflejado en nuestros hijos,
Fernando, Pablo y María,
Y en especial por Enriquiño.
Por tus llamadas de atención
Cuando estaba muy distraído;
Por ayudar a levantarme
Si me observabas decaído.
Por perdonarme mis fallos,
Por permitir ser yo mismo;
También por pasar de largo
Algunos de mis caprichos.
Por entregarme tu vida
Por darme tanto cariño.
Por eso te amaré tanto,
Que imposible describirlo.
¡Que me salió del corazón!
Con ese beso, te repito,
Resumo mi vida entera,
La que comparto contigo.
Y que es gracias a ti
Tan poco lo que preciso
Que a pesar de Adán y Eva,
Yo vivo en el paraíso.
Cerró la puerta y se fue. Luego Asun empezó a llamarlo, pero Pablo ya no quiso pararse. Corrió tras él para darle un abrazo tan fuerte como sus fuerzas se lo permitieran. Si lo alcanzó, nunca lo sabremos. Sí sabemos que Pablo fue visto por el pueblo, como tantos otros fines de semana...
Post data: Ellos saben que la realidad de ese día superó a esta pobre ficción, pero lo cierto es que la ficción es bonita y vende sueños, por eso la queremos tanto.
Felicidades a los dos. Un abrazo muy fuerte.