Para Capi.
Gran animador con sus anécdotas reales y sus chistes. Hasta en tres ocasiones contó algo que me trajo a la memoria historias de mi pasado. Un ejemplo de ello fue su interpretación de un manco. He aquí lo que un día me pasó en la gasolinera de Valencia de Alcántara:
Salió a atenderme un señor al que le faltaba el brazo derecho (tal vez el izquierdo). Cuando despegó la manguera del surtidor, reaccioné de modo impulsivo (y, creo, de la manera más lógica para un caso de estas características), y comencé a dirigirme hacia el tapón del depósito del coche, puesto que su único brazo ya estaba ocupado. Pero él me paró de modo contundente:
—Aparta de ahí, a ver si te crees que estoy manco.
Como suelo ser lento en respuestas y parco en palabras, no dije ni mu. Pero, vamos, no me explico cómo pudo pensar una cosa así, porque lo último que se me hubiera ocurrido (y lo digo en serio, je, je) habría sido pensar que ese gasolinero estaba manco.
Tú tampoco estabas manco, que yo me di cuenta.
Gran animador con sus anécdotas reales y sus chistes. Hasta en tres ocasiones contó algo que me trajo a la memoria historias de mi pasado. Un ejemplo de ello fue su interpretación de un manco. He aquí lo que un día me pasó en la gasolinera de Valencia de Alcántara:
Salió a atenderme un señor al que le faltaba el brazo derecho (tal vez el izquierdo). Cuando despegó la manguera del surtidor, reaccioné de modo impulsivo (y, creo, de la manera más lógica para un caso de estas características), y comencé a dirigirme hacia el tapón del depósito del coche, puesto que su único brazo ya estaba ocupado. Pero él me paró de modo contundente:
—Aparta de ahí, a ver si te crees que estoy manco.
Como suelo ser lento en respuestas y parco en palabras, no dije ni mu. Pero, vamos, no me explico cómo pudo pensar una cosa así, porque lo último que se me hubiera ocurrido (y lo digo en serio, je, je) habría sido pensar que ese gasolinero estaba manco.
Tú tampoco estabas manco, que yo me di cuenta.
LOBO. Espero y deseo que, los recuerdos del pasado que afloraron en tu memoria, fueran gratos. Por lo demás, no traté de ser animador, solo intenté participar de forma activa y disfrutar de la compañía, en la que me encontraba “tan agustito…”