CRONICA SOCIAL.- LA MUERTE
Entre el ser hunano y la muerte, nos encontramos con dos perfectos desconocidos, unidos solamente por un golpe de ataúd perfectamente serio y triste. Al poco tiempo que nos situamos en el pueblo por el mes de junio, comentamos están doblando las campanas, fríamente preguntamos a quien le ha tocao, a no es paisano, es de otra población ¡ah bueno ¡, ¿que bueno ‘?, si un ser humano ha dejado de vivir y ya no va estar con nosotros, respuesta ¡la vida continua ¡, será la tuya, la del finado nos quedaremos con el recuerdo, que es lo menos que podemos hacer por el, hay que ver lo bien que manejamos este tipo de situación, convertimos la muerte en una costumbre cotidiana, aunque se repite con una crueldad metódica imparable en el paso del tiempo, difícil de sujetar o ponerle cerco a esta situación que tanto dolor nos produces, y en ocasionas desgarrándonos el corazón. Cada muerte nos pone en contacto con la nuestra, quien no dice para su interior ¡podria haber sido uno mismo, respiramos profundamente y nos reconfortamos diciéndonos de momento sigo hasta que Dios me llame, con la boca chica decimos “que no tenga prisa que yo aquí estoy muy bien”.
El hecho del entierro, misa, despedida etc., lo convertimos siempre en un acontecimiento, donde nos reúne a amigos comunes que hace mucho tiempo que no nos vemos, igual que familiares, compañeros etc,. y de hay algún evento sale para reunirno aunque solo sea una vez, y nada mas.
Esto si que se le debe al fallecido, lo mismo están son sus ultimas voluntades.
Estas cosas pasan por asistir al entierro de otro, nada, no aprendemos,
esto es lo que ahí, y asi se lo hemos contado.
SALUDOS.
Entre el ser hunano y la muerte, nos encontramos con dos perfectos desconocidos, unidos solamente por un golpe de ataúd perfectamente serio y triste. Al poco tiempo que nos situamos en el pueblo por el mes de junio, comentamos están doblando las campanas, fríamente preguntamos a quien le ha tocao, a no es paisano, es de otra población ¡ah bueno ¡, ¿que bueno ‘?, si un ser humano ha dejado de vivir y ya no va estar con nosotros, respuesta ¡la vida continua ¡, será la tuya, la del finado nos quedaremos con el recuerdo, que es lo menos que podemos hacer por el, hay que ver lo bien que manejamos este tipo de situación, convertimos la muerte en una costumbre cotidiana, aunque se repite con una crueldad metódica imparable en el paso del tiempo, difícil de sujetar o ponerle cerco a esta situación que tanto dolor nos produces, y en ocasionas desgarrándonos el corazón. Cada muerte nos pone en contacto con la nuestra, quien no dice para su interior ¡podria haber sido uno mismo, respiramos profundamente y nos reconfortamos diciéndonos de momento sigo hasta que Dios me llame, con la boca chica decimos “que no tenga prisa que yo aquí estoy muy bien”.
El hecho del entierro, misa, despedida etc., lo convertimos siempre en un acontecimiento, donde nos reúne a amigos comunes que hace mucho tiempo que no nos vemos, igual que familiares, compañeros etc,. y de hay algún evento sale para reunirno aunque solo sea una vez, y nada mas.
Esto si que se le debe al fallecido, lo mismo están son sus ultimas voluntades.
Estas cosas pasan por asistir al entierro de otro, nada, no aprendemos,
esto es lo que ahí, y asi se lo hemos contado.
SALUDOS.