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MEMBRIO: Marga V pos si ma gustao, y me reidoooooo mucho, por...

ESTE ROLLO, Se lo dedico a mis amigos. Aquellos que, como yo, tan pronto juegan con la melancolía, como hacen el amor con las flores.
Lo que más trabajo me cuesta de todo esto, es el arduo trabajo de investigación, que me lleva a sumergirme hasta las más profundas entrañas del archivo de los misterios púbicos.

HISTORIAS APÓCRIFAS PARA NO DORMIR (HIPÓCRATES y el origen de su nombre)

El hipo, como sabemos, es una cosa que todos hemos tenido alguna vez. Se quita muy fácilmente, sólo tienes que pensarlo. Cuando yo hipo- del verbo hipar- más o menos me defiendo; lo que no sé, es como se defiende mi AENCINA - lo digo, por lo de la igualdad- Aunque, lo más seguro es que lo conjugará tal como: “La madre que parió al hipo”.
Pirinopoulos de Cos, era un médico/filósofo, que pululaba- como casi todos los médicos/filósofos- por la antigua Grecia, allá por los años de María Castaña. Es más que posible que a este sabio no se le hubiera ocurrido la tontería esa del “Síndrome de Diógenes”.
Tenía, este buen hombre, cierta predisposición genética a tener hipo (Que no sé yo qué tiene que ver la genética con el hipo) Por cierto, repasando el diccionario médico, a esta cosa tan simple la llaman <<marengüilus fatilus>> que debe de ser una especie de patatús p'allí adentro. Imagínense Vds., que somos un poco hipocondríacos, vamos al médico aquejados de hipo y nos sueltan que tenemos esa retahíla tan rara. ¡P'a Triana total!
Como iba diciendo, este buen hombre, que tenía cierta predisposición al hipo, cierto día, estando en la huerta que poseía en su pueblo natal- ubicado, desgraciadamente, en una isla volcánica- recolectando la hortaliza, le vino de improviso el hipo. Al mismo tiempo, con muy mala leche, le entró un apretón del 12.70 (Debió de ser por la ingesta de unos tomates en mal estado) Así que, el pobre hombre, con el apretón y el hipo a cuestas (Imagínense la coordinación) salió pitando en busca de un aliviadero.
El buen hombre, que había oído que la patología del hipo se curaba mediante la ingesta de un sorbo de agua (Sabemos que lo otro se alivia de aquella manera) Se dirigió hacia una fuente que había allí mismo, bajo un acantilado, al objeto de matar dos pájaros de un tiro. Colándose por entre los verigüetos del acantilado, bajó a las profundidades del picacho. Como quiera que, obviamente, le urgiera más finiquitar en primer lugar el apretón que el hipo (No vamos a entrar en disquisiciones) dispusose a llevar a cabo el procedimiento evacuatorio.
No dióle tiempo a finiquitar el hipo. Según se encontraba ocupado en la cosa de la fisiología, se oyó un tremendo pepinazo y de Pirinopoulos de Cos, nada quedó.
Los lugareños, preguntaron por él y nadie sabía por dónde andaba. Ya, uno de ellos, Juanitoulos, “El cabrero”, cayó en la cuenta y les dijo: - ¡Ya recuerdo! Lo vi entrar en aquella cueva del acantilado- ¡Leche joía!- dijo Pichipoulos, “El indigente”,- aquello es el volcán Trinitón. Efectivamente, Pirinopoulos, había elegido como evacuatorio el mismísimo cráter del Volcán Trinitón, al que en aquél preciso instante le dio por entrar en erupción.
En los pueblos pequeños, como sabemos, se comentan las cosas y se cuchichea mucho. También suelen ponerse motes a las personas. Así que, en aquellos tiempos, en el pueblecito de Cos (Parecido a Carbajo) se reunían las mujeres a coser a la siesta, en las puertas de las casas, y los hombres, cuando las labores del campo les dejaban, a parlamentar en las tabernas.
Departiendo unos tertulianos sobre la cuestión, chato de tinto en mano, en la cantina de Tiomachadopoulus, al más echao p’lante- PCpoulos de Triana- le dio por decir: “qué mala leche, fue a palmar el hombre con HIPO y en un CRÁTER”; a lo que otro que con él departía- Visperopoulos de Badajoz- llegó a la conclusión: “Pues, de ahora en adelante le llamaremos HIPÓCRATES. Es decir, “Bajo el Cráter”. Hipo, es una palabra griega que significa “bajo de” y Cráter…pues, eso. Y con tal nombre, pasó el insigne médico-filósofo, a la posteridad. Que por cierto, nada tiene que ver con la palabra HIPOCRESÍA (Esa para otro día)
Saludos. PC

PC, eres tremendo. Anchá reí que me he dao y por lo que leo la amiga ENCINA Machadopoulas también. ¿No se daría cuenta el pobre Pirinopoulos dónde se iba a poner? ¡cómo llevaría su cuerpo! Seguro que a la amiga CARNI, también le gusta esta historia, a algo le recuerda, seguro. Un beso y ¡viva esa gracia amigo Francisco Javier!

Marga V pos si ma gustao, y me reidoooooo mucho, por qe me lo imagino al hombre con el apreton se pondria cetrino y date tu cuenta donde se fue a poner, jajaaaaaa
eso digo qe ande quiera pasan las cosassssssssss qe buenooooo
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Amigas y amigos todos. P’a llorar, ya tuvimos, tenemos y tendremos tiempo. AENCINA, yo también me acuerdo de las cotorras- de los cotorros, menos- Y mi MARGA V., -espero haya solucionado lo del garaje- sabe que soy sumamente feliz cuando ella se da una anchá de reír- LA CARNI, también, me consta- Y, además sabéis que el sino es el sino.
Los de mi promoción sabrán que, uno de nuestro pueblo (q. e. g. e) – no diré su nombre, por cuestiones obvias- encontrándose una día de caza por los campos que ... (ver texto completo)