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Y digo yo, querido Vísperas. Cuando la libertad se comparte, el concepto se duplica; cuando te la imponen, te la quitan. Uno de los pecados más tremendos del hombre- al margen el “confieso que no he sido feliz”, de Borges- es el no ser fiel (más bien leal) a su forma de ser. A ser uno mismo, con sus virtudes y defectos (con la carga subjetiva de la cuestión) En el momento que uno deja de ser como es, para satisfacer la vanidad de otros que quieren verte de otra manera, uno no es. Yo solía decir- cuando pensaba en soledad- Si me quieres, quiéreme como soy; porque si quieres que sea como no soy, es que no me quieres. Uno debería morir como Tenorio. En un total drama, enamorado…pero siendo como fue, orgullo y sumiso al dolor: “No os podréis quejar de mí, vosotros a quien maté, pues si buena vida os quité, mejor enterramiento os di”. Tú me entiendes…y algún que otro, que ha compartido mis minutos. Saludos. PC