Mi memoria se vuelve torpe sin mi permiso. Pero me queda, en el ángulo metafísico, una luz que me ilumina, eso sí, muy deficiente. Doy las gracias, con el difuso recuerdo, a aquellas buenas gentes de mi pueblo, que me enseñaron que en la sencillez está la virtud. ¡Quién pudiera! A Marcelo, que de vez en cuando me contaba cosas de sus cosas, y que me dio recuerdos de uno de Fuerteventura que me conocía. Siempre alegre.
Marcelo también fue paisaje.
Paisaje hondo y limpio;
humilde y breve.
Paisaje de tesitura simple llena de armiño.
Siempre legionario y niño,
siempre tenue.
Marcelo fue, como Machado,
en el buen sentido de la palabra,
simplemente, buena gente.
PC
Marcelo también fue paisaje.
Paisaje hondo y limpio;
humilde y breve.
Paisaje de tesitura simple llena de armiño.
Siempre legionario y niño,
siempre tenue.
Marcelo fue, como Machado,
en el buen sentido de la palabra,
simplemente, buena gente.
PC