MEMBRIO: BUENOS DIAS. Al socaire de la innecesaria excepción,...

Cuidate, yo hoy no trabajo por San Isidro, que colea por Móstoles (donde trabajo), así es que hoy ando por casa y a mis cosas. Un abrazo

BUENOS DÍAS. Querida Marga V: Procuro cuidarme, pero no depende de mí. Así que intentaré por todos los medios que dependa de otros- que al fin son los que saben- Pásatelo bien por San Isidro, y, cuando veas a ENCINA, dile de mi parte que no se pierde una, y, que- por supuesto- la envidio profundamente. Y que no se imagine esa tontería de la "Envidia sana", al igual que no se imagine la otra tontería de la "Discriminación positiva". La envidio, por Real Decreto. Ocurre que la quiero tanto, que la envidia en el contrapeso del amor, es simplemente un lapso de tiempo calamitoso. Echo mucho de menos a mi tierra; pero, cuando llego a ella, sigo echándola de menos.
Saludo a todos los que están por ahí. El foro decaerá cuando convirtamos lo banal en transcendente. Y, no se nos olvide: la política es el arte de no decir nada a través de la palabra. Echo de menos a Vísperas, Realito, Halcón, Chengue, Baleares, y demás antiguos foreros. Yo, de momento, aguantaré hasta que tenga algo que decir.
Conste, amiga mía, que si digo algo que no es mío, diré quien lo dijo. Y, hubo un Presidente Americano (Un tal Thomas Jefferson) que dijo algo interesante, respecto a la normas- más o menos-: << Tenemos la dicha de contar con una Constitución escrita; no hagamos de ella, mediante la interpretación, un papel en blanco>> Un beso de chocolate para quien guste. No sé si a ti te gusta; si no, de miel. LA Coralina, según CARNI, me quiere vestir de “Lagarterano”. Pues, que así sea. Lo dicho. PC

Amigo PC, creí en los principios de tu dolencia que el caso no pasaría a mayores, pero... como cuentas... parece que sí, ¡que ocurra lo que tenga que ocurrir!, pero..., ¡con final feliz!, es lo que, sabes, deseamos. Solicito también tus disculpas por no atender la situación de la forma debida, pero ese matiz del que dotas a algunas de tus exposiciones donde difuminas los contornos de la realidad, me hicieron poner en curentena la dimensión de tus aseveraciones.
Aunque actualmente mis intervenciones son poco frecuentes, sigo estando de una u otra forma presente en el foro. Varias son las causas que me alejan de las teclas, entre ellas la época del calendario profesional (al que es frecuente culpar de todo), falta de motivación y... alguna duda. Pero intentaremos seguir en la brecha. Un abrazo.

He de entender, amigo mío, que es la falta de motivación…y alguna duda. Las dudas son de los escépticos; ellos, se contradicen cuando dicen que no existe la verdad, pero esa es su verdad. La falta de motivación…sí, a veces, nos viene a todos. Me pasa a mí también. Ocurre que, como dije en otro msm, echo de menos mi pueblo, incluso cuando estoy allí. Y, mi pueblo ¡Qué contarte! Como bien sabes, no son los edificios ni las calles. Siento que estoy muy lejos cuando en realidad estoy cerca; y, lo siento más cuando me viene esa imperiosa necesidad de hablar de “esas otras cosas”, alrededor de unas cervezas, con quienes no necesitan explicaciones. Un fuerte abrazo para todos. PC.
PD. Me han dicho que de esto a lo mejor no me muero; además, nuestra AENCINA, me ha dicho también que cada día estoy más “guapo” ¿Se dice así? Si a eso le sumamos que mi amigo Vísperas, ha “puesto en cuarentena la dimensión de mis aseveraciones”. ¿Qué más pedir? Se os quiere. PC

Buenos días a todos sin excepción. Estimado amigo: hacía tiempo que no pasaba por aquí, creo que desde- más o menos- que te leí algo sobre Hípócrates, cosa que, por cierto, lejos de provocar mi risa, me disgustó. No sé por qué sería. Después, me llamaste miembra, pero eso me importó menos. En fin, hoy leo y veo que dices sobre los escepticos. Y dices que dicen que no existe la verdad. Entonces dicen que todo es falso? Esperando tu respuesta, recibe un abrazo.

BUENOS DIAS. Al socaire de la innecesaria excepción, por genérico el aserto, he de decirte- anónima amiga- que siento profundamente tu desazón por el desliz hipocrático. A fuerza de ser sincero, la generalización casi siempre acarrea injusticia. No fue mi intención herir tu sensibilidad hipocrática; entre otras razones, porque creo que no lo hice pensando en ti- a veces, si me conocieses lo comprobarías, escribo al aire para el aire- Sí, desearía me dijeses en qué punto te entristeció mi escrito (Que, por cierto, ya no recuerdo) A Petronio, la broma, le costó la vida, del mismo modo que el asno de oro jamás rebuznó.
Anoche, casualmente, la tristeza me llevó a escuchar la voz de Antonio Machado. Y, la casualidad, que llaman los tontos al destino, quiso que me encerrase cierto lapso de tiempo con el apócrifo maestro Juan de Mairena, al que tanto quise y nunca tuve. Y, yo, que amo la palabra “maestro” más que otra cosa, me sentí empequeñecido hasta límites insospechados…pero gratificado. He aquí como él, hablaba a sus alumnos, entre los que me encuentro:
<< Contra los escépticos se esgrime un argumento aplastante: “Quien afirma que la verdad no existe pretende que eso sea la verdad, incurriendo en palmaria contradicción”. Sin embargo, este argumento irrefutable no ha convencido, seguramente, a ningún escéptico. Porque la gracia del escéptico consiste en que los argumentos no le convencen. Tampoco pretende él convencer a nadie.
-Dios existe o no existe. Cabe afirmarlo o negarlo, pero no dudarlo.
-Eso es lo que usted cree.
-Un Dios existente- decía mi maestro- sería algo terrible. ¡Que Dios nos libre de él! >>
Bien, le pregunté a mi “maestro”: ¿Es Vd., filósofo? No- me contestó- soy poeta. Espero haber dado respuesta a tu inquietud, deseando olvides a la mayor brevedad posible la afrenta al Sr. Hipócrates. Recibo el abrazo. Besos. PC