La mitad de este huerto donde está el tejar y el pozo era de mi padre, sembrado de habas era muy bonito. En el alto hay un lugar que al pisar sonaba a hueco y yo le decía: Haber si está mirando el gato del tesoro a este lugar y lo tenemos aquí, inspeccioné el lugar y no había tesoro.
En verano cuando había poca agua mi madre con algunas vecinas, mucho con la tía Engracia iban al pozo a lavar la ropa y el tío Valeriano que trabajaba cerca alguna vez se acercaba a visitarlas. A la hora de comer y descansar lo hacían a la sombra del arco del tejar y también para refugiarse de alguna tormenta. Aquí había mucho perdigón ¡que disciplinados eran! solo cuando se estaba a punto de pisarlos salían corriendo o volando.
Hablando de los alrededores también venían mujeres a lavar a una charca, al pozo de otro tejar próximo y pasando la carretera a una fuente, mucha ropa había tendida en las paredes.
Cualquier lugar del pueblo que parece que ha pasado desapercibido, puede ser que tenga su historia en el olvido.
En verano cuando había poca agua mi madre con algunas vecinas, mucho con la tía Engracia iban al pozo a lavar la ropa y el tío Valeriano que trabajaba cerca alguna vez se acercaba a visitarlas. A la hora de comer y descansar lo hacían a la sombra del arco del tejar y también para refugiarse de alguna tormenta. Aquí había mucho perdigón ¡que disciplinados eran! solo cuando se estaba a punto de pisarlos salían corriendo o volando.
Hablando de los alrededores también venían mujeres a lavar a una charca, al pozo de otro tejar próximo y pasando la carretera a una fuente, mucha ropa había tendida en las paredes.
Cualquier lugar del pueblo que parece que ha pasado desapercibido, puede ser que tenga su historia en el olvido.