Los monjes y toda esa gente, serán lo que queramos que sean, menos tontos. Así que, respeto. No está muy claro el invento de la cerveza- dicen que es más antigua que el meá- Si, parece, sin embargo, que en el toque del “lúpulo”- que es lo que le da ese sabor amargo tan rico- algo tuvieron que ver los monjes alemanes y los trapenses belgas (Bébanse una Leeff y lo comprobarán) ¡Alabados sean los monjes citados!
En cuanto al Champagne ¿Quién no ha visto alguna vez, en el super, unas botellas con una etiqueta que pone Dom Pérignon, que en el precio- económico, por supuesto- suele poner mínimo 150 €? Este monje benedictino, que se llamaba Dom Pierre (Don Pedro, ¡Digo yo!) allá por el s. XVII, observó cómo las botellas que tenía en la bodega se reventaban. De haberme pasado a mí hubiese dicho: ¡Qué putada! Él, sin embargo, que habría pasado las horas dentro de la bodega- con sus correspondientes castañas- meditó sobre la cuestión -Esto no es normal- se diría. Si el mosto fermenta en la barrica ¿Por qué revientan las botellas? Pues debió de llegar a la conclusión de que el “Líquido elemento” embotellado, producía una segunda fermentación. ¡La merde! -Se diría- Pues comenzó a controlar esa segunda fermentación y cierto día subió al claustro del convento tambaleándose. ¡He visto las estrellas! – Dicen que decía- No está claro si se refería a la “Castaña” o a las estrellitas burbujeantes que produce el líquido. Lo que parece ser, es que no controló bien el tema del gas. Eso lo dejaron para los científicos del XIX (Pasteur, o algún primo suyo)
Yo, que hice un curso de enología- más que nada para saber de qué me la cojo- me enteré de estas cosas y verdaderamente es un mundo apasionante ¡Loado sea Don Pedro Periñón! Besos, saludos y todo eso. PC
En cuanto al Champagne ¿Quién no ha visto alguna vez, en el super, unas botellas con una etiqueta que pone Dom Pérignon, que en el precio- económico, por supuesto- suele poner mínimo 150 €? Este monje benedictino, que se llamaba Dom Pierre (Don Pedro, ¡Digo yo!) allá por el s. XVII, observó cómo las botellas que tenía en la bodega se reventaban. De haberme pasado a mí hubiese dicho: ¡Qué putada! Él, sin embargo, que habría pasado las horas dentro de la bodega- con sus correspondientes castañas- meditó sobre la cuestión -Esto no es normal- se diría. Si el mosto fermenta en la barrica ¿Por qué revientan las botellas? Pues debió de llegar a la conclusión de que el “Líquido elemento” embotellado, producía una segunda fermentación. ¡La merde! -Se diría- Pues comenzó a controlar esa segunda fermentación y cierto día subió al claustro del convento tambaleándose. ¡He visto las estrellas! – Dicen que decía- No está claro si se refería a la “Castaña” o a las estrellitas burbujeantes que produce el líquido. Lo que parece ser, es que no controló bien el tema del gas. Eso lo dejaron para los científicos del XIX (Pasteur, o algún primo suyo)
Yo, que hice un curso de enología- más que nada para saber de qué me la cojo- me enteré de estas cosas y verdaderamente es un mundo apasionante ¡Loado sea Don Pedro Periñón! Besos, saludos y todo eso. PC