Sea como fuere, en la Naturaleza pasa algo mucho más crucial. Como cada año un alud de incalculable peso se abate sobre nuestros campos. Ha comenzado el veraneo de los humanos que, una vez más, alcanzarán en su tiempo de ocio hasta los últimos rincones de costas, bosques y campiñas. En la mayoría de las ocasiones será una presencia dura, con máquinas y motores potentes, ruidosa y masiva. Frente a ella los vivos no pensantes huirán en desbandada y nada de lo que habeis podido leer estos meses será contemplable. El periodo de mayor contacto anual con lo que es nuestro primer ambiente podría muy fácilmente convertirse en un contacto amable, sosegante, enriquecedor, y hasta sumamente entretenido. Basta para ello ser algo más lentos y silenciosos, usar nuestros sentidos en todas las direcciones posibles y permitir que la más vieja de las historias nos parezca nueva en su repetición cíclica. Porque en realidad cada año resulta diferente y apasionante por necesario. Si no nos cansamos de respirar, amar y divertimos, es sencillamente porque los seres vivos extraemos de la reiteración de los actos energía para la continuidad y la exploración.
No cuesta nada contemplar, todo aquello que se nos ofrece a la vista.
Saludos.... FALCO
No cuesta nada contemplar, todo aquello que se nos ofrece a la vista.
Saludos.... FALCO