La poesía tira de poesía y a estas horas de la mañana cuando te sientes sólo bajo el cielo, se escuchan lejanos los cantos de ranas, campanillos de dirección, relichos de caballos, cierras los ojos, dejas sentir sobre tu cuerpo desnudo la suave brisa de la noche y... vuela en tu cabeza aquello;
"Que no se rompa la noche,
por favor que no se rompa..."
"Que no se rompa la noche,
por favor que no se rompa..."