¡Hombreeeeeee! El amigo Tomás, compañero de fatigas en la escuela, de monaguillo, de curro, del fútbol (portero con clase) y pariente por parte materna. Me acuerdo de su madre, la tía Constantina, que era la mar de cariñosa. Podría contar muchas hazañas de Tomás tanto en la escuela, como cuando arrancábamos jaras en Zamores siendo unos crios aún, y que no sé yo, como no nos rompimos la crisma cuando salíamos como locos con las bicis. ¡Qué tiempos aquellos! Se le ve bien también de chapa y pintura; y con el pelo en su sitio y conservando su color original y no como otros, entre los que me incluyo, que casi ni pelo y del color original, hace siglos que se perdió jeje. Si nos lee le mando un gran abrazo, y si no, que se lo transmita su hij@ de mi parte, que he visto que anda por aquí. Saludos y que se de bien el romero.