Y un galgo que dormita recostado
al frescor del zaguán que nadie cierra.
Y recordé la mano de un amigo tendida y generosa en el abrazo,
y la voz temblorosa de un mendigo que guarda la limosna en su regazo.
Y recodé las noches invernales al calor de la lumbre o del brasero,
y los cálidos besos maternales que ahuyentaban los monstruos del perchero.
Y recordé los prados y las fuentes,
y el tibio despertar de la mañana,
y le hablé de mi tierra y de mis gente
al viento que pasó por mi ventana.
Felices sueños y feliz día de Extremadura. Besos.
al frescor del zaguán que nadie cierra.
Y recordé la mano de un amigo tendida y generosa en el abrazo,
y la voz temblorosa de un mendigo que guarda la limosna en su regazo.
Y recodé las noches invernales al calor de la lumbre o del brasero,
y los cálidos besos maternales que ahuyentaban los monstruos del perchero.
Y recordé los prados y las fuentes,
y el tibio despertar de la mañana,
y le hablé de mi tierra y de mis gente
al viento que pasó por mi ventana.
Felices sueños y feliz día de Extremadura. Besos.