CHOZO DE BAYÓN.
Estos chozos los conocí, cuando tenía unos ocho años, en tres fincas de la provincia de Badajoz, donde había guardas y empleados de Membrio. En una de ellas estaba mi abuelo de guarda y es de la que voy a hablar por ser la que más conocí. Los chozos eran de pastores y los hacían ellos eligiendo preferentemente colinas para que tuvieran buena visibilidad y que no estuvieran muy lejos de pozos o fuentes. Cada pastor solía tener dos o tres dependiendo de del número de familia que tuviera, ya que habitualmente durante todo el año vivían con el pastor. De ellos uno era el más grande donde hacían la vida cotidiana, los restantes eran para meter enseres y dormitorio. Estos chozos se distinguían de los más habituales por su forma y composición tanto exterior como interior. Su armazón interior estaba hecho de varas flexibles para darle forma ovalada al chozo, su exterior estaba cubierto de bayón en forma de varios volantes unos sobre otros, el bayón se empezaba a colocar por la parte inferior y se iba atando a las varas del armazón con el mismo género hasta llegar al pico o punto final.
El armazón estaba construido de una manera flotante sobre una vara en circunferencia, una vez terminado de construir el chozo se clavaban en el suelo tres o cuatro estacas que sujetaban su base circunferencial para que este no se moviera. En cierto modo se les podía llamar chozos móviles, porque quitando las estacas y agarrándolos unas cuatro personas en la parte inferior o bien pasando dos palos largos por su parte inferior y cogiéndolos por sus extremos, podía ser levantado y transportarlo a otro lugar sin que el chozo sufriera el menor daño. Su peso era proporcional a la fuerza que podían desarrollar las personas citadas. El motivo por el cual elegían los pastores este estilo de chozo era por la facilidad de moverlo, por si fuese necesario en alguna ocasión. Los corrales se movían de lugar periódicamente con el fin de que los excrementos de las ovejas fueran abonando la tierra. Otra razón es que se tomaban muchas precauciones para protegerlas durante la noche por temor al lobo, la proximidad del chozo daba tranquilidad al pastor durante la noche.
Su interior o habitáculo para desarrollar su vida cotidiana no era diferente al chozo más común, según la utilidad que se le diera generalmente tenían la cama, esta consistía en unas estacas clavadas en el suelo y sobre estas unos palos en horizontal que hacían de somier. Sobre estos palos se ponía ramajes que cumplían con la función de un colchón, el ramaje podía variar entre escobas, retamas, centeno, bayón....... Para colocar los enseres ponían estanterías y para colgar las fiambreras, ganchos sobre las varas horizontales. La lumbre para cocinar, si hacía buen tiempo, se hacía en una hornilla en el exterior y cuando no era apetecible, en el interior con mucha precaución de que no prendiera el chozo. El pastor era amigo de la tertulia y cuando iba por el campo con su rebaño y se encontraba con alguien, guarda, obrero........ hablaba mucho, o bien cuando pasaba cerca de la casa del guarda o del cortijo se acercaba para hablar y hasta que no perdía de vista el rebaño o pasaba un buen rato no se marchaba. Los empleados que vivían en el campo eran amigos de hacer visitas y cuando eran al chozo del pastor estas eran muy amenas.
En los chozos de los pastores era difícil que no hubiera queso fresco, calostro y suero, de lo cual se encargaba preferentemente de hacer la pastora, si bueno estaba el queso blanco igual o mejor el calostro y el suero. La leche era de gran pureza ya que esta al cocerla dejaba mucha nata en la cacerola que estaba muy exquisita. En los chozos de los pastores al igual que en todas las casas del campo abundaban las gallinas, gallos, pollitos y pavos. La pastora era muy conocedora de cuando las gallinas tenían que poner huevos y si los echaba en falta buscaba el nidal entre el montón de de leños y ramajes de las encinas hasta encontrarlos. En la finca donde estaba mi abuelo, los pastores y empleados fijos tenían una huerta en una tierra muy fértil junto a un arroyo donde cogían abundancia de tomates, pepinos, pimientos........., también una parcela en la que sembraban melones y sandias.
A lo largo de muchos años hemos visitado estos lugares en tres ocasiones y nos han ido llenando de tristeza porque han ido borrando totalmente el pasado, ya no hay chozos ni pastores, ya no hay aquella forma de vida tan sociable y bonita, tampoco encinas, huerta ni melonar, solo hay viñas. Hacemos comparación con lo que vimos y llegamos a la conclusión que el presente está en silencio y triste, muy lejos de aquel sociable pastor que con su rebaño y las campanillas de las ovejas alegraba la vida en el campo. Las visitas han sido con preferencia donde estaba mi abuelo incluyendo el pueblo donde iban a comprar víveres y otras necesidades, solo este pueblo y otros próximos nos han llenado de satisfacción porque están más bonitos que antes.
VIRGO.
Estos chozos los conocí, cuando tenía unos ocho años, en tres fincas de la provincia de Badajoz, donde había guardas y empleados de Membrio. En una de ellas estaba mi abuelo de guarda y es de la que voy a hablar por ser la que más conocí. Los chozos eran de pastores y los hacían ellos eligiendo preferentemente colinas para que tuvieran buena visibilidad y que no estuvieran muy lejos de pozos o fuentes. Cada pastor solía tener dos o tres dependiendo de del número de familia que tuviera, ya que habitualmente durante todo el año vivían con el pastor. De ellos uno era el más grande donde hacían la vida cotidiana, los restantes eran para meter enseres y dormitorio. Estos chozos se distinguían de los más habituales por su forma y composición tanto exterior como interior. Su armazón interior estaba hecho de varas flexibles para darle forma ovalada al chozo, su exterior estaba cubierto de bayón en forma de varios volantes unos sobre otros, el bayón se empezaba a colocar por la parte inferior y se iba atando a las varas del armazón con el mismo género hasta llegar al pico o punto final.
El armazón estaba construido de una manera flotante sobre una vara en circunferencia, una vez terminado de construir el chozo se clavaban en el suelo tres o cuatro estacas que sujetaban su base circunferencial para que este no se moviera. En cierto modo se les podía llamar chozos móviles, porque quitando las estacas y agarrándolos unas cuatro personas en la parte inferior o bien pasando dos palos largos por su parte inferior y cogiéndolos por sus extremos, podía ser levantado y transportarlo a otro lugar sin que el chozo sufriera el menor daño. Su peso era proporcional a la fuerza que podían desarrollar las personas citadas. El motivo por el cual elegían los pastores este estilo de chozo era por la facilidad de moverlo, por si fuese necesario en alguna ocasión. Los corrales se movían de lugar periódicamente con el fin de que los excrementos de las ovejas fueran abonando la tierra. Otra razón es que se tomaban muchas precauciones para protegerlas durante la noche por temor al lobo, la proximidad del chozo daba tranquilidad al pastor durante la noche.
Su interior o habitáculo para desarrollar su vida cotidiana no era diferente al chozo más común, según la utilidad que se le diera generalmente tenían la cama, esta consistía en unas estacas clavadas en el suelo y sobre estas unos palos en horizontal que hacían de somier. Sobre estos palos se ponía ramajes que cumplían con la función de un colchón, el ramaje podía variar entre escobas, retamas, centeno, bayón....... Para colocar los enseres ponían estanterías y para colgar las fiambreras, ganchos sobre las varas horizontales. La lumbre para cocinar, si hacía buen tiempo, se hacía en una hornilla en el exterior y cuando no era apetecible, en el interior con mucha precaución de que no prendiera el chozo. El pastor era amigo de la tertulia y cuando iba por el campo con su rebaño y se encontraba con alguien, guarda, obrero........ hablaba mucho, o bien cuando pasaba cerca de la casa del guarda o del cortijo se acercaba para hablar y hasta que no perdía de vista el rebaño o pasaba un buen rato no se marchaba. Los empleados que vivían en el campo eran amigos de hacer visitas y cuando eran al chozo del pastor estas eran muy amenas.
En los chozos de los pastores era difícil que no hubiera queso fresco, calostro y suero, de lo cual se encargaba preferentemente de hacer la pastora, si bueno estaba el queso blanco igual o mejor el calostro y el suero. La leche era de gran pureza ya que esta al cocerla dejaba mucha nata en la cacerola que estaba muy exquisita. En los chozos de los pastores al igual que en todas las casas del campo abundaban las gallinas, gallos, pollitos y pavos. La pastora era muy conocedora de cuando las gallinas tenían que poner huevos y si los echaba en falta buscaba el nidal entre el montón de de leños y ramajes de las encinas hasta encontrarlos. En la finca donde estaba mi abuelo, los pastores y empleados fijos tenían una huerta en una tierra muy fértil junto a un arroyo donde cogían abundancia de tomates, pepinos, pimientos........., también una parcela en la que sembraban melones y sandias.
A lo largo de muchos años hemos visitado estos lugares en tres ocasiones y nos han ido llenando de tristeza porque han ido borrando totalmente el pasado, ya no hay chozos ni pastores, ya no hay aquella forma de vida tan sociable y bonita, tampoco encinas, huerta ni melonar, solo hay viñas. Hacemos comparación con lo que vimos y llegamos a la conclusión que el presente está en silencio y triste, muy lejos de aquel sociable pastor que con su rebaño y las campanillas de las ovejas alegraba la vida en el campo. Las visitas han sido con preferencia donde estaba mi abuelo incluyendo el pueblo donde iban a comprar víveres y otras necesidades, solo este pueblo y otros próximos nos han llenado de satisfacción porque están más bonitos que antes.
VIRGO.
¿Qué es el BAYÓN, Virgo? En la foto parece ESPARTO... Yo sólo los vi cubiertos de RETAMAS SECAS. Recuerdo muy bien unos cerca del Parral; estuve dentro y me dieron muchas ganas de quedarme allí. Me dieron envidia los niños que allí vivían. Estaban limpísimos, acogedores. En la cama había colchoneta. Los cazos y sartenes colgados... Unas mantas de vivos colores... Hasta diría queel suelo estaba cubierto de lanchas...
Me he quedado sombrada fijándome en los detalles: esa mesita de corcho tan MEMBRILLERA... Es que nunca vi ninguna ni parecida, sólo una en una foto tuya y otra en una foto de BAE. No debería olvidarse ese modelo.
¡Está precioso! No sólo bien hecho, sino la ambientación.
Y ya no espero que me contestes a la pregunta: estoy segura de que el ARTISTA has sido tú. Así que ¡FELICIDADES!
¡Cómo se nota lo mucho que quieres a nuestra tierra! Tanto, tanto, tanto como yo.
Me he quedado sombrada fijándome en los detalles: esa mesita de corcho tan MEMBRILLERA... Es que nunca vi ninguna ni parecida, sólo una en una foto tuya y otra en una foto de BAE. No debería olvidarse ese modelo.
¡Está precioso! No sólo bien hecho, sino la ambientación.
Y ya no espero que me contestes a la pregunta: estoy segura de que el ARTISTA has sido tú. Así que ¡FELICIDADES!
¡Cómo se nota lo mucho que quieres a nuestra tierra! Tanto, tanto, tanto como yo.