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CARNIIIIII, luego te digo algooooooooooo
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CARNIIIIII, luego te digo algooooooooooo
BALEARES, me alegra leerte, la CARNI no se si encontraría la llave de la luz anoche, vaya historias que nos cuenta.
saludos
saludos
Hola VALDÍO
¿Qué tal estáis? Me agrada saludaros, a ti y a MC.
Menudo cangui tenía la CARNI. ¡Leche, leche ¡
Las alcobas de las casas y habitaciones interiores eran muy oscuras y no había ni la más mínima rendija de claridad para tener una referencia y orientarte en la noche. Nos levantábamos a mear y con las manos palpábamos la bacinilla; a veces medíamos mal la distancia y jondeábamos con ella o metíamos las manos dentro; era una forma natural de curarnos los padrastros o las llagas que teníamos en ellas por el frío. No me imagino a la amiga Carni metiendo la mano debajo de la cama para buscar la bacinilla, a sabiendas que allí estaba la Clotilde o la media mujer de la que habla en sus recuerdos de niña. Por no coger la bacinilla seguro que se meaba en la cama. Ya nos lo confesará.
Lo de la pera y buscar la llave de la luz a oscura era una jodienda, aunque después las hicieron con fosforescencia e inventaron los interruptores conmutados. Había llegado el progreso. Pero para entonces nuestra amiga Carni ya era una mujercita que no tenía miedo.
ABRAZOS y BESOS, tanto de Hili como míos. Supongo que nos veremos pronto, pues conociéndoos es de suponer que vendréis a SANTORINOS.
¿Qué tal estáis? Me agrada saludaros, a ti y a MC.
Menudo cangui tenía la CARNI. ¡Leche, leche ¡
Las alcobas de las casas y habitaciones interiores eran muy oscuras y no había ni la más mínima rendija de claridad para tener una referencia y orientarte en la noche. Nos levantábamos a mear y con las manos palpábamos la bacinilla; a veces medíamos mal la distancia y jondeábamos con ella o metíamos las manos dentro; era una forma natural de curarnos los padrastros o las llagas que teníamos en ellas por el frío. No me imagino a la amiga Carni metiendo la mano debajo de la cama para buscar la bacinilla, a sabiendas que allí estaba la Clotilde o la media mujer de la que habla en sus recuerdos de niña. Por no coger la bacinilla seguro que se meaba en la cama. Ya nos lo confesará.
Lo de la pera y buscar la llave de la luz a oscura era una jodienda, aunque después las hicieron con fosforescencia e inventaron los interruptores conmutados. Había llegado el progreso. Pero para entonces nuestra amiga Carni ya era una mujercita que no tenía miedo.
ABRAZOS y BESOS, tanto de Hili como míos. Supongo que nos veremos pronto, pues conociéndoos es de suponer que vendréis a SANTORINOS.