! Vaya, parece que la telepatía existe!. Me pongo a escribir sobre el "coche de caballos " de mi primo Florencio y cuando compruebo si se ha publicado el escrito me encuentro que, tambien, mi hermana ADL, tuvo mi misma ocurrencia.
El hecho que ella refiere, fue cuando mi tío Jose María tuvo un accidente, cerca de la casa de Parral, viniendo de Alcántara, venía cargado de arena y hubo que descargarlo, pues se le arrancó al camión el eje trasero con las ruedas. Una grúa lo trajo hasta "La Cortina", previamentemente fuimos a pedir permiso para allí estacionarlo, su amigo del alma Carlos "Cachopo" y yo., resultó curioso obsevar como la grúa bajaba el camión y José Maria, metido debajo colocaba sobre la zona donde antes estaban las ruedas sendos troncos de encina. Todo los presentes pensamos lo mismo...! como se jodan los cables!...
Florencio, que entonces estudiaba en Valencia, Mecánica de Automóviles, de sarmó pieza por pieza lo que consideró. Ese verano (era verano), La Cortina era el sitio de reunión en tiempo de ocio y curiossidad, "pa ver como el muchacho de Cotrina" arreglaba el camión. Ante la gravedad del golpe y los cuantiosos daños causados, muchos "obsevadores" dudaban de que "aquello" tuviera arreglo y que el destino del camión no fuera otro que el almacen de chatarrería. Cuando una tarde, Flore se monta en el camión, mete la llave de arranque y sale con el camión de La Cortina en perfecto estado de uso. Y... ERA UN NIÑO...
El hecho que ella refiere, fue cuando mi tío Jose María tuvo un accidente, cerca de la casa de Parral, viniendo de Alcántara, venía cargado de arena y hubo que descargarlo, pues se le arrancó al camión el eje trasero con las ruedas. Una grúa lo trajo hasta "La Cortina", previamentemente fuimos a pedir permiso para allí estacionarlo, su amigo del alma Carlos "Cachopo" y yo., resultó curioso obsevar como la grúa bajaba el camión y José Maria, metido debajo colocaba sobre la zona donde antes estaban las ruedas sendos troncos de encina. Todo los presentes pensamos lo mismo...! como se jodan los cables!...
Florencio, que entonces estudiaba en Valencia, Mecánica de Automóviles, de sarmó pieza por pieza lo que consideró. Ese verano (era verano), La Cortina era el sitio de reunión en tiempo de ocio y curiossidad, "pa ver como el muchacho de Cotrina" arreglaba el camión. Ante la gravedad del golpe y los cuantiosos daños causados, muchos "obsevadores" dudaban de que "aquello" tuviera arreglo y que el destino del camión no fuera otro que el almacen de chatarrería. Cuando una tarde, Flore se monta en el camión, mete la llave de arranque y sale con el camión de La Cortina en perfecto estado de uso. Y... ERA UN NIÑO...