MEMBRIO: En nuestro querido pueblo hubo oficios duros y muy...

GABARREROS.

La cultura de los pueblos
puede librar del olvido
no solamente los hechos,
sino también los oficios.
Antes de que pueda el tiempo
no dejar ningún resquicio,
conviene que conservemos
nuestra historia por escrito.

Así, los espinariegos
miramos agradecidos
a unos hombres que nos dieron
ejemplo de sacrificio.
Con sus mulas recorrieron
el monte, no los caminos,
que remontaban resueltos
entre matas y espinos.

Buscaban árboles secos
que les dieran beneficios,
aunque corrían el riesgo
de caerse de algún pino.
Trepa que trepa al gateo,
va subiendo decidido
hasta llegar al extremo
del árbol que había elegido.

En cortar la leña experto,
aunque jugándose el tipo,
las ramas que van cayendo
se amontonan en su sitio,
hasta que las va poniendo
sobre la jalma con brío,
atadas con cuerdas o cuero,
en difícil equilibrio.

Recogidos los aperos,
emprende con su pollino
el peligro descenso
hacia su nuevo destino,
en las calles de algún pueblo,
o en un mercado perdido,
conseguirá algún dinero
con la leña que ha vendido.

Por el sol y por el viento,
aparecen renegridos
y por el continuo esfuerzo
modelados y curtidos.
¡Que no se pierda el recuerdo
de estos hombres aguerridos,
que fueron los GABARREROS!
¡QUE NUNCA TRIUNFE EL OLVIDO!

José Garcia.

En nuestro querido pueblo hubo oficios duros y muy necesarios que ya no existen. Así que a ponerse a componer poesías a los piconeros, segadores, mujeres cargadas de ropa camino de la ribera o con el cántaro sobre una rodilla...

Y no nos cansemos de reclamar algunas esculturas de ell@s repartidas por el pueblo. Ya se comentó hace tiempo, pero no nos cansemos de recordarlo y exigirlo.

Eso sí: junto a las mujeres, también alguna niña, que siempre ayudábamos, con nuestra cestita de ropa o la cantarilla..