Buenos y nebulosos días… Y tan alta nota espero, que muero porque no muero. Por mucho que yo, pobre diablo, quisiera rebajártela, es tan alta que siempre se quedaría mínimo en un diez. Es curioso, ahora que se pueden cambiar los apellidos, cómo él llevaba el de su madre en primer término. Debería ser así. Su “otra” biografía, no tiene desperdicio. Fue un poco desastre; no tan pendenciero y racista como Quevedo. Pero, allí donde hubiese vino, panceta, mujeres y sobre todo,
juego para gastar perras,
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