¡Qué buen muchachito se llevó la Duquesa!
La Duquesa Cervatilla,
un limón a roa echó,
por mi calle lo ví pasar,
pero en mi puerta no se paró.
¡Con qué fuerza, lo lanzó!.
Partiendo de la Estación,
por la calle Nueva subió,
y sin detenerse en la Plaza,
la barrera del Palacio remontó;
Y no sólo lo remontó,
sino que también lo atravesó;
Pero al llegar a la Trinchera,
no sé, si porque sí,
no sé, si porque no,
giró hacia la carretera,
y no fue p´al Chabarcón.
Al llegar a la Parada,
la pista se me perdió,
no sé si tiró de frente,
no sé si tiró p´al Empalme,
no sé si tiró p´al Salor;
aunque estaba seguro
que del Pueblo no salió.
Ya decían los del Andén,
cuando lo vieron pasar:
¡allá va el limón!,
¡a quién del Pueblo le tocará!
Después, más tarde, me enteré,
en la puerta que se paró.
¡Menudo sorpresón!
A él le pilló en el corral
sentadito en su silla,
no digo que desarmao,
pero sí en bata y zapatillas.
¡Y quién iba a pensar,
que en su puerta se parara,
el limón que a rodar echara,
la Duquesa Cervatilla!.
No es tonta la Duquesa,
menudo Duque consorte se llevó,
¡Es todo un primor!
Apuesto y elegante,
distinguido y guapetón;
con un bigote travieso,
con un bigote juguetón;
capaz de abrir una almeja,
y también un mejillón.
Un beso para los casados, familiares y allegados
La Duquesa Cervatilla,
un limón a roa echó,
por mi calle lo ví pasar,
pero en mi puerta no se paró.
¡Con qué fuerza, lo lanzó!.
Partiendo de la Estación,
por la calle Nueva subió,
y sin detenerse en la Plaza,
la barrera del Palacio remontó;
Y no sólo lo remontó,
sino que también lo atravesó;
Pero al llegar a la Trinchera,
no sé, si porque sí,
no sé, si porque no,
giró hacia la carretera,
y no fue p´al Chabarcón.
Al llegar a la Parada,
la pista se me perdió,
no sé si tiró de frente,
no sé si tiró p´al Empalme,
no sé si tiró p´al Salor;
aunque estaba seguro
que del Pueblo no salió.
Ya decían los del Andén,
cuando lo vieron pasar:
¡allá va el limón!,
¡a quién del Pueblo le tocará!
Después, más tarde, me enteré,
en la puerta que se paró.
¡Menudo sorpresón!
A él le pilló en el corral
sentadito en su silla,
no digo que desarmao,
pero sí en bata y zapatillas.
¡Y quién iba a pensar,
que en su puerta se parara,
el limón que a rodar echara,
la Duquesa Cervatilla!.
No es tonta la Duquesa,
menudo Duque consorte se llevó,
¡Es todo un primor!
Apuesto y elegante,
distinguido y guapetón;
con un bigote travieso,
con un bigote juguetón;
capaz de abrir una almeja,
y también un mejillón.
Un beso para los casados, familiares y allegados
Gracias Sr. Baleares, no esperaba menos de tan insigne caballero. Saludos