Hace un par de días, volví a visionar una película de título “El pequeño gran hombre”. Cuando la vi por primera vez, hace la tira de tiempo, la inmadurez integral de mi persona (Que aún conservo en parte) me impidió sacarle el jugo conveniente. Un indio viejo se fue al monte con la sana intención de entregarle la “jeta” al poderoso. El buen hombre, antes de acostarse -boca arriba- y esperar pacientemente la muerte (La escena es espectacular) comienza una retahíla dando gracias a los dioses. Entre otras cosas, le daba las gracias por haberle dado la vista y permitirle ver lo que vio; pero, le agradecía, mucho más, el haberle dado la ceguera que le permitió ver mucho más. El caso es que comenzó a llover, el buen hombre se levantó y, acompañado de Dustin Hoffman, se marchó para el campamento diciendo que no había llegado su hora. Cosas de los apaches. Saludos. PC