Luz ahora 0,11876 €/kWh
Querido PCALAMBÚ. No suelo fijarme en esas cosas. Ahora veo el Santoral y caigo en la "putada" del trabajo. Las fiestas van tranquilas, esperando que vengan los muchachos para pasar un buen rato. La serranía la tenemos que machacar a pié, como los buenos bandoleros. Os deseo lo mejor, ahora y siempre. PC
UNA CURIOSIDAD.
Es curioso. Días atrás me envió un compañero un mensaje explicándome el porqué Pitágoras llegó a la conclusión de su famoso Teorema y me hizo gracia, por eso lo cuento. Como sabemos, Pitágoras, al margen de gran matemático, era un tío muy raro; no comía carne porque creía que en la cosa esa de la transmigración del alma- Parecido a la reencarnación pero más complicado-
Este buen hombre, andaba todo el día p’arriba y p’abajo dándole vueltas a la cabeza porque tenía un problema y no encontraba la solución. Se iba a un monte y se tiraba allí unos meses; después volvía con su esposa, se quedaba un par de días y se volvía a ir. Evidentemente, la esposa – de nombre ENUSA- debería estar hasta las narices de semejante desmadre (Si aun hubiese ido a buscarse las habichuelas, vale; pero, ir por ir, simplemente a pensar, pues como que no) y, como quiera que le faltaba material didáctico-sexual, pues se fue al pueblo vecino con el fin de buscarse satisfacción a las necesidades normales de cualquier ser humano. En el pueblo vecino había muchos catetos, hoy se les denomina de otra manera. El caso es que ENUSA se lió, porque le debió gustar, con un cateto de aquellos; después con otro y con otro; así hasta con cuatro catetos. Es decir, ENUSA, estaba liada con CUATRO CATETOS del pueblo vecino (¡Joder con la ENUSA!)
Pitágoras, por aquello del azar, vino al pueblo a por alguna cosilla y se encontró con que ENUSA no estaba. Como quiera que le dijeran que estaba en el pueblo vecino, allá que se fue. En llegando al citado pueblo vecino, al ir a preguntar a un lugareño en su casa, se encontró – Otra vez cosas del Azar- con que la ENUSA estaba encamada con los CUATRO CATETOS (Copulando, parece ser) Pitágoras, que era un tío muy listo pero poco liberal, al ver aquella orgía se le fue la olla (También tenía su mala leche) y les aplicó a los cinco las corrientes gorrineras a contrapelo. ¿Qué hago ahora para enterrarlos?- se preguntó-
Comenzó a darle vueltas a la perola y llegó a la solución del problema que a su vez le resolvió el Teorema. Le los llevó a un terrenito a las afueras del pueblo. Dividió el terreno en dos cuadrados iguales. En uno de los cuadrados, por consideración, enterró solamente a su esposa ENUSA; en el otro cuadrado enterró a los CUATRO CATETOS, dividiendo el terrero en cuatro cuadrados iguales y enterrando en cada uno de ellos a un CATETO. Por tanto el terrero que ocupaban los catetos era igual al que ocupaba su esposa.
Se largó a meditar a la Sierra San Pedro y encontró la obvia solución a su Teorema: <<El cuadrado de la PUTA-ENUSA, es igual a la suma de los cuadrados de los CATETOS>>
¡fELICES FIESTAS!
UNA CURIOSIDAD.
Es curioso. Días atrás me envió un compañero un mensaje explicándome el porqué Pitágoras llegó a la conclusión de su famoso Teorema y me hizo gracia, por eso lo cuento. Como sabemos, Pitágoras, al margen de gran matemático, era un tío muy raro; no comía carne porque creía que en la cosa esa de la transmigración del alma- Parecido a la reencarnación pero más complicado-
Este buen hombre, andaba todo el día p’arriba y p’abajo dándole vueltas a la cabeza porque tenía un problema y no encontraba la solución. Se iba a un monte y se tiraba allí unos meses; después volvía con su esposa, se quedaba un par de días y se volvía a ir. Evidentemente, la esposa – de nombre ENUSA- debería estar hasta las narices de semejante desmadre (Si aun hubiese ido a buscarse las habichuelas, vale; pero, ir por ir, simplemente a pensar, pues como que no) y, como quiera que le faltaba material didáctico-sexual, pues se fue al pueblo vecino con el fin de buscarse satisfacción a las necesidades normales de cualquier ser humano. En el pueblo vecino había muchos catetos, hoy se les denomina de otra manera. El caso es que ENUSA se lió, porque le debió gustar, con un cateto de aquellos; después con otro y con otro; así hasta con cuatro catetos. Es decir, ENUSA, estaba liada con CUATRO CATETOS del pueblo vecino (¡Joder con la ENUSA!)
Pitágoras, por aquello del azar, vino al pueblo a por alguna cosilla y se encontró con que ENUSA no estaba. Como quiera que le dijeran que estaba en el pueblo vecino, allá que se fue. En llegando al citado pueblo vecino, al ir a preguntar a un lugareño en su casa, se encontró – Otra vez cosas del Azar- con que la ENUSA estaba encamada con los CUATRO CATETOS (Copulando, parece ser) Pitágoras, que era un tío muy listo pero poco liberal, al ver aquella orgía se le fue la olla (También tenía su mala leche) y les aplicó a los cinco las corrientes gorrineras a contrapelo. ¿Qué hago ahora para enterrarlos?- se preguntó-
Comenzó a darle vueltas a la perola y llegó a la solución del problema que a su vez le resolvió el Teorema. Le los llevó a un terrenito a las afueras del pueblo. Dividió el terreno en dos cuadrados iguales. En uno de los cuadrados, por consideración, enterró solamente a su esposa ENUSA; en el otro cuadrado enterró a los CUATRO CATETOS, dividiendo el terrero en cuatro cuadrados iguales y enterrando en cada uno de ellos a un CATETO. Por tanto el terrero que ocupaban los catetos era igual al que ocupaba su esposa.
Se largó a meditar a la Sierra San Pedro y encontró la obvia solución a su Teorema: <<El cuadrado de la PUTA-ENUSA, es igual a la suma de los cuadrados de los CATETOS>>
¡fELICES FIESTAS!
