MEMBRIO: Sonreí y le pedí a la cajera que me diera dos desayunos...

Sonreí y le pedí a la cajera que me diera dos desayunos

más en una bandeja aparte. Me dirigí a la mesa más

lejana que ellos habían escogido para sentarse. Coloqué

la bandeja en la mesa y puse mi mano sobre la mano

helada del caballero de los ojos azules. El me miró

y con lágrimas en los ojos dijo "Gracias".