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MEMBRIO: El cerdo, viejo totem y santo patrón de las mesas extremeñas,...

El cerdo, viejo totem y santo patrón de las mesas extremeñas, acoplado en estas tierras desde tiempos inmemoriales, verá despreciadas sus carnes por el Islam. Sin embargo, los musulmanes comen la carne de cordero, sacrificado ritualmente al amanecer, con la cabeza dirigida a la Meca, por una persona de religión. Las gentes del Islam fueron respetuosas con la lengua, costumbres y modo de ser de las gentes del Libro ya fueran judíos o cristianos que gozaron del estatuto de protegidos del Islam. Tal clima de tolerancia se aplicó a la raza del cerdo ibérico que siguió siendo criado en las mismas zonas que en época romana y visigoda por núcleos importantes de hispano-godos llamados mozárabes, residentes en las principales ciudades y villas de gobierno islámico pero que se mantienen fieles a su fe religiosa. Todo lo opuesto de aquellos otros hispano-godos convertidos al Islam, nuevos musulmanes o muladíes que adoptaron pronto costumbres y modos de ser de las gentes de Muza, eludiendo el consumo de la carne de cerdo. Protegido, pues, el cerdo por la tolerancia del Islam y más tarde por las reglamentaciones medievales de los Concejos extremeños acerca de la protección de los extensos bosques de encinas y alcornocales plagados de bellotas, este animal no encontrará nunca terrenos apropiados, ni ecológicamente más predispuestos a su desarrollo y prosperidad que estas tierras de las grandes Extremaduras.