En la Península y Baleares se conocen 230 especies de mariposas, una cifra que precisamente el trabajo de Vila pretende afinar. Es una diversidad alta en relación a los países del entorno, en parte por la geografía peninsular - con barreras como los Pirineos, que aíslan poblaciones y favorecen así la formación de especies nuevas- y en parte por el clima. "Tenemos especies de poblaciones de mariposas aisladas de sus congéneres desde hace más de un millón de años de antigüedad porque la última glaciación, hace 12.000 años, no afectó a toda la Península, mientras que Europa tuvo que ser repoblada entera cuando desaparecieron los hielos", explica Vila.