Antonino, en la humildad, y en sus oficios, era un hombre grande; siempre me ponía "la carne de gallina" cuando cantaba en la iglesia, sobre todo en los entierros. Me alegra, como en el caso de Máximo, volver a recordar su rostro.
Un saludo
Un saludo
chengue, andas perdido!
un saludo.
un saludo.