PARA BEBER POESÍA
Yo siempre sé lo que quiero porque nunca quiero nada.
A veces cojo una alondra y la meto en una jaula,
pero la jaula es de humo y la alondra se me escapa.
En las pizarras del Sueño pinto muñecos de escarcha.
En el verano visito las pilastras del Guadiana.
Me siento en el puente viejo y miro pasar el agua.
En invierno tengo frío y me visto de butaca
y me alucino en el cuadro de mi cabeza cortada.
Muchas horas se me han ido
del puente la baranda
contemplando el río al irse
y del puente las pilastras.
Y me quedo siempre en duda
pues no sé qué quiere mi alma:
ser un puente que se queda
o mejor un río que pasa.
Cuando bebo LA POESÍA se me sube al cielo el alma.
Yo siempre sé lo que quiero porque nunca quiero nada.
A veces cojo una alondra y la meto en una jaula,
pero la jaula es de humo y la alondra se me escapa.
En las pizarras del Sueño pinto muñecos de escarcha.
En el verano visito las pilastras del Guadiana.
Me siento en el puente viejo y miro pasar el agua.
En invierno tengo frío y me visto de butaca
y me alucino en el cuadro de mi cabeza cortada.
Muchas horas se me han ido
del puente la baranda
contemplando el río al irse
y del puente las pilastras.
Y me quedo siempre en duda
pues no sé qué quiere mi alma:
ser un puente que se queda
o mejor un río que pasa.
Cuando bebo LA POESÍA se me sube al cielo el alma.