Porque siempre tengo que elegir cosas de internet que no se pueden copiar y pegar, sino que me toca escribirlas.
Es un cuento; lo iré poniendo día a día -si puedo-, ya sabéis, si no os apetece leer porque hay demasiados escritos, lo saltáis, y punto -como no me entero, todos tan amigos jajaja, es broma-.
BESOS QUE FUERON Y NO FUERON
Autor: David Aceituno
Sinopsis: Ella no sabe que un beso puede cambiarlo todo, convertir al sapo, si no en un príncipe, sí en un sapo mejor. Ella sueña con el príncipe azul porque soñar es tan propio de princesas como ser azul es típico de príncipes. Sostiene al sapo con delicadeza en el cuenco de las manos, como se sostiene un libro con historias de amor dentro. Está nerviosa y feliz y asustada al mismo tiempo. ¿Cómo será su historia de amor? ¿Acaso no son los besos siempre protagonistas y los príncipes y princesas personajes secundarios? Está a punto de comprobarlo. Suspira, entrecierra los ojos y se deja llevar.
De donde vienen los besos….
De combinar con tino las pócimas de mi lista,
asegura el alquimista.
¡Del perfume de una flor! ¡Del corazón directamente!,
grita el príncipe delicado mientras se lleva la mano a la frente.
Equivocados estáis, ¡pues de la juventud vienen y a la juventud van!,
asegura Peter Pan.
¡No es cierto! ¿Acaso no puede besar a cualquier edad
todo aquel que quiera?,
pregona la costurera.
¡Esas rimas son terribles, suenan tópicas y rimbombantes,
como la canción del verano, de modo que dejad la música a Cyrano!,
dice con aplomo Morgan Kovalski,
rector de la Universidad Científica del Beso. Y concluye:
“Es el cerebro quien da la orden en función de unas reacciones químicas.
Y no hay más.”
¡Hay una máquina muy cerca de aquí que los fabrica!,
grita Romeo.
Y árboles maravillosos de los que brotan besos al compás de mi varita,
susurra el Hada Inconstante.
¡Callad de una vez!! Los besos no existen! ¿Acaso no lo sabéis?,
maldice el Hada Malvada.
Cuando todos callan y miran el techo como si estuvieran pensando,
habla Madame Bechamel, la prestigiosa chef nacida un 27 de agosto,
de más de cien años y ganadora de tres tenedores de acero inoxidable
por sus recetas con besos. Dice con cautela:
Quizás todos tengáis razón, cada uno lo vive a su manera.
Lo único que yo puedo explicaros es…
…cómo se cocina un beso
(por Madame Bechamel)
Para cocinar un beso hace falta una cocina alegre,
que huela a limpio, cantar un poco.
Que tenga los muebles más o menos ordenados
Para que así quepan más sorpresas y desorden, y cajones
secretos que contengan tipos distintos de amor, de mil sabores,
además de frascos, especias orientales, pucheros y cucharas.
¡Ah!, y las ventanas abiertas: algo de aire o mirar
un trozo de cielo favorecen la sensación de libertad.
Escuchad las sartenes mientras fríen,
tenedores y cuchillos que se ríen haciendo esgrima en los morteros,
ollas exprés que silban fuerte cuando el beso ya está listo
para ser dado o recibido:
- ¡QUE APROVECHE! –gritan a besucones y besuqueados.
- ¡SALUD! –brindan copas y vasos.
Los besos deben ser preferiblemente sinceros y de temporada,
que potencien el sabor y la textura del afecto.
Y para que no quede un beso crudo,
Bechamel pide paciencia,
pues todo a fuego lento gana en sabor y aroma.
Se recomienda un sorbete de limón
para digerir los empachos
que provoca lo cursi y rebozado.
Y para engañar al estómago cuando hay hambre,
Se permite picotear de la memoria los besos que alguna vez fueron
y de la imaginación los besos que serán (o tal vez no).
Es un cuento; lo iré poniendo día a día -si puedo-, ya sabéis, si no os apetece leer porque hay demasiados escritos, lo saltáis, y punto -como no me entero, todos tan amigos jajaja, es broma-.
BESOS QUE FUERON Y NO FUERON
Autor: David Aceituno
Sinopsis: Ella no sabe que un beso puede cambiarlo todo, convertir al sapo, si no en un príncipe, sí en un sapo mejor. Ella sueña con el príncipe azul porque soñar es tan propio de princesas como ser azul es típico de príncipes. Sostiene al sapo con delicadeza en el cuenco de las manos, como se sostiene un libro con historias de amor dentro. Está nerviosa y feliz y asustada al mismo tiempo. ¿Cómo será su historia de amor? ¿Acaso no son los besos siempre protagonistas y los príncipes y princesas personajes secundarios? Está a punto de comprobarlo. Suspira, entrecierra los ojos y se deja llevar.
De donde vienen los besos….
De combinar con tino las pócimas de mi lista,
asegura el alquimista.
¡Del perfume de una flor! ¡Del corazón directamente!,
grita el príncipe delicado mientras se lleva la mano a la frente.
Equivocados estáis, ¡pues de la juventud vienen y a la juventud van!,
asegura Peter Pan.
¡No es cierto! ¿Acaso no puede besar a cualquier edad
todo aquel que quiera?,
pregona la costurera.
¡Esas rimas son terribles, suenan tópicas y rimbombantes,
como la canción del verano, de modo que dejad la música a Cyrano!,
dice con aplomo Morgan Kovalski,
rector de la Universidad Científica del Beso. Y concluye:
“Es el cerebro quien da la orden en función de unas reacciones químicas.
Y no hay más.”
¡Hay una máquina muy cerca de aquí que los fabrica!,
grita Romeo.
Y árboles maravillosos de los que brotan besos al compás de mi varita,
susurra el Hada Inconstante.
¡Callad de una vez!! Los besos no existen! ¿Acaso no lo sabéis?,
maldice el Hada Malvada.
Cuando todos callan y miran el techo como si estuvieran pensando,
habla Madame Bechamel, la prestigiosa chef nacida un 27 de agosto,
de más de cien años y ganadora de tres tenedores de acero inoxidable
por sus recetas con besos. Dice con cautela:
Quizás todos tengáis razón, cada uno lo vive a su manera.
Lo único que yo puedo explicaros es…
…cómo se cocina un beso
(por Madame Bechamel)
Para cocinar un beso hace falta una cocina alegre,
que huela a limpio, cantar un poco.
Que tenga los muebles más o menos ordenados
Para que así quepan más sorpresas y desorden, y cajones
secretos que contengan tipos distintos de amor, de mil sabores,
además de frascos, especias orientales, pucheros y cucharas.
¡Ah!, y las ventanas abiertas: algo de aire o mirar
un trozo de cielo favorecen la sensación de libertad.
Escuchad las sartenes mientras fríen,
tenedores y cuchillos que se ríen haciendo esgrima en los morteros,
ollas exprés que silban fuerte cuando el beso ya está listo
para ser dado o recibido:
- ¡QUE APROVECHE! –gritan a besucones y besuqueados.
- ¡SALUD! –brindan copas y vasos.
Los besos deben ser preferiblemente sinceros y de temporada,
que potencien el sabor y la textura del afecto.
Y para que no quede un beso crudo,
Bechamel pide paciencia,
pues todo a fuego lento gana en sabor y aroma.
Se recomienda un sorbete de limón
para digerir los empachos
que provoca lo cursi y rebozado.
Y para engañar al estómago cuando hay hambre,
Se permite picotear de la memoria los besos que alguna vez fueron
y de la imaginación los besos que serán (o tal vez no).
Cocina la olla en el fogón los besos que traerá la tarde.
Menú especial
*Carpaccio de morritos con frutos rojos y mostaza.
*Besos de cocodrilo con papillore.
*Milhojas de Cyrano con cerezas sobre lecho de nata.
Bebida: zumo de fresas silvestres y maracuyá.
Menú para un día cualquiera entre semana siempre que sea luna llena.
*Crujiente de labios con boniato y pera.
*Besugo al horno.
*Miel con queso.
Bebida: zumo de lúcuma con merengue (1)
Receta para buñuelos de manzana al estilo Barbaespesa (41 persona, la tripulación): Batir con el garfio y mucho mimo en un bol 1 kg de harina, tres yemas de huevo y un pellizco de sal hasta que se forme una masa compacta. Mondar con cuidado 20 manzanas y quitarle el corazón con la espada antes de espolvorearlas generosamente con azúcar. Dejar reposar un par de horas y freír con aceite. Servir en la bandeja de oro del último botín conquistado.
(1) Averigua quién utilizó esta bebida para cambiar su destino.
Besos de cosecha propia para tod@s l@s Membriller@s.
Menú especial
*Carpaccio de morritos con frutos rojos y mostaza.
*Besos de cocodrilo con papillore.
*Milhojas de Cyrano con cerezas sobre lecho de nata.
Bebida: zumo de fresas silvestres y maracuyá.
Menú para un día cualquiera entre semana siempre que sea luna llena.
*Crujiente de labios con boniato y pera.
*Besugo al horno.
*Miel con queso.
Bebida: zumo de lúcuma con merengue (1)
Receta para buñuelos de manzana al estilo Barbaespesa (41 persona, la tripulación): Batir con el garfio y mucho mimo en un bol 1 kg de harina, tres yemas de huevo y un pellizco de sal hasta que se forme una masa compacta. Mondar con cuidado 20 manzanas y quitarle el corazón con la espada antes de espolvorearlas generosamente con azúcar. Dejar reposar un par de horas y freír con aceite. Servir en la bandeja de oro del último botín conquistado.
(1) Averigua quién utilizó esta bebida para cambiar su destino.
Besos de cosecha propia para tod@s l@s Membriller@s.
Buena bae, ¿y pa los que no? ¿que?
Un abrazo
Un abrazo
Perdón, entré sin saludar.
Buenas noches, rectifico.
Besos de cosecha propia para tod@s l@s forer@s.
Buenas noches, rectifico.
Besos de cosecha propia para tod@s l@s forer@s.