CRONICA SOCIAL-. EL TRACTORISTA EXTRATERRESTRE.
A buscar un dia ganao con el trabajo por las barreras y cuestas del Salor, algo que no hacemos desde que eramos niños, y de esto casi na, eso creemos, como nos aporfian que todos llevamos algún niño en nuestro interior, me niego a debatir tal porfia, la ingenuidad nos hace felices, el saber un mal dormir, deseoso de volver a compartir momentos con nuestra gente esos eventos provocados con el entorno natural, nos aliviaremos la ansiedad que nos produce tal desasosiego, con las anchas que nos damos por esos entornos cuando por ahí nos encontramos, tragando polvo de los caminos, envuelto en un camuflaje engañoso para el caminante que nos tropezamos en esa pequeña verea con rastro del camino desdibujao, lleno de rastrojo que nos sobrepasa mas alla de la cintura con aspecto selvático de alambras de pinchos nada amigable de genio agresivo con expresión de perdona vida, atropellando gorrones blancos desequilibradores que nos sacan de los caminos naturales, desviados a los parajes menos vistosos y de antipática desoladora, que poco tienen que ver con los de toda la vida,
resecando la garganta que apenas nos deja articular conversación con el del al lao, de mirada complice, palabras escuetas poco alargadas, la sed que engañamos con una paja de pacto a falta de un chicle bazoca, nos hace no recordar el agua fresquita de alguna fuente ya inexistente y que en otros tiempos cuidábamos mimosamente por pastores y transeúntes, con el disfrute de saciarno del pequeño manantial con parada obligatoria y acogedora para chachara del terreno recorrido y el que falta por recorrer como de una imposición se tratara
, autocreyentes mentirosos de poca monta de dosis ilusionista, de la que algún tractorista con aire acondicionao en su cabina hermética de difícil acceso invasor polvoriento, poco amante y menos agradecido, ya que la sed que a sus abuelos quitaron.
El determino que ningún dia le haría falta, el joven insensato que a su experiencia poco roda y menos pensa, a sus cuatros ruedas engancha el hierro de un arao, arrancando de la tierra un cacho de vida, borrando toda huella e historia de la que poco sabia y menos valoraba………pobre imbécil……universitario tractorista de escasa capacidad, parido en otro mundo, extraterrestre singular…………………………. es lo que hay ……………………….. tasio…………………..
A buscar un dia ganao con el trabajo por las barreras y cuestas del Salor, algo que no hacemos desde que eramos niños, y de esto casi na, eso creemos, como nos aporfian que todos llevamos algún niño en nuestro interior, me niego a debatir tal porfia, la ingenuidad nos hace felices, el saber un mal dormir, deseoso de volver a compartir momentos con nuestra gente esos eventos provocados con el entorno natural, nos aliviaremos la ansiedad que nos produce tal desasosiego, con las anchas que nos damos por esos entornos cuando por ahí nos encontramos, tragando polvo de los caminos, envuelto en un camuflaje engañoso para el caminante que nos tropezamos en esa pequeña verea con rastro del camino desdibujao, lleno de rastrojo que nos sobrepasa mas alla de la cintura con aspecto selvático de alambras de pinchos nada amigable de genio agresivo con expresión de perdona vida, atropellando gorrones blancos desequilibradores que nos sacan de los caminos naturales, desviados a los parajes menos vistosos y de antipática desoladora, que poco tienen que ver con los de toda la vida,
resecando la garganta que apenas nos deja articular conversación con el del al lao, de mirada complice, palabras escuetas poco alargadas, la sed que engañamos con una paja de pacto a falta de un chicle bazoca, nos hace no recordar el agua fresquita de alguna fuente ya inexistente y que en otros tiempos cuidábamos mimosamente por pastores y transeúntes, con el disfrute de saciarno del pequeño manantial con parada obligatoria y acogedora para chachara del terreno recorrido y el que falta por recorrer como de una imposición se tratara
, autocreyentes mentirosos de poca monta de dosis ilusionista, de la que algún tractorista con aire acondicionao en su cabina hermética de difícil acceso invasor polvoriento, poco amante y menos agradecido, ya que la sed que a sus abuelos quitaron.
El determino que ningún dia le haría falta, el joven insensato que a su experiencia poco roda y menos pensa, a sus cuatros ruedas engancha el hierro de un arao, arrancando de la tierra un cacho de vida, borrando toda huella e historia de la que poco sabia y menos valoraba………pobre imbécil……universitario tractorista de escasa capacidad, parido en otro mundo, extraterrestre singular…………………………. es lo que hay ……………………….. tasio…………………..