11-M. (2004).
Que se eleven desde el corazón de cada creyente, de manera más intensa, la oración por las victimas del terrorismo y familiares.
"Que la humanidad, en estos tiempos azarosos, pueda encontrar paz verdadera y duradera, aquella paz que sólo puede nacer del encuentro de la justicia con la misericordia”. (JUAN PABLO II).
Que se eleven desde el corazón de cada creyente, de manera más intensa, la oración por las victimas del terrorismo y familiares.
"Que la humanidad, en estos tiempos azarosos, pueda encontrar paz verdadera y duradera, aquella paz que sólo puede nacer del encuentro de la justicia con la misericordia”. (JUAN PABLO II).