LA SEQUÍA CONTINÚA
Alborea sobre la represa
en la que quedan vestigios de agua,
hambrientos peces se disputan algún que otro bocado
como último alimento.
El viento norte levanta polvareda,
el horizonte yace sin color
campos sedientos, pastos retorcidos,
interrogante mirada sin respuesta.
Transidos pasos, rumbo incierto
vagando sin que nadie me escuche,
estoy perdida, tengo sed
la misma sed, de la quebrada tierra.
Después de mucho caminar hastiada
el cansancio me vence y caigo extenuada
Alrededor de la seca laguna, en tropel,
animales sedientos se arremolinan
allí abrevaron felices en otro tiempo libres.
Ojos de fuego, mugir de muerte,
se dejan escuchar estertores agónicos
sollozo desesperado de las bestias al cielo,
rodeando mi cuerpo sin sentido…
Y en respuesta a ese clamor
arremete aquel viento de tormenta,
tromba brutal en arrebato de agua,
descargados con furia.
Abro mis ojos y del letargo saliendo
puedo darme cuenta,
que a la vida me encuentro volviendo,
me había quedado dormida.
Alborea sobre la represa
en la que quedan vestigios de agua,
hambrientos peces se disputan algún que otro bocado
como último alimento.
El viento norte levanta polvareda,
el horizonte yace sin color
campos sedientos, pastos retorcidos,
interrogante mirada sin respuesta.
Transidos pasos, rumbo incierto
vagando sin que nadie me escuche,
estoy perdida, tengo sed
la misma sed, de la quebrada tierra.
Después de mucho caminar hastiada
el cansancio me vence y caigo extenuada
Alrededor de la seca laguna, en tropel,
animales sedientos se arremolinan
allí abrevaron felices en otro tiempo libres.
Ojos de fuego, mugir de muerte,
se dejan escuchar estertores agónicos
sollozo desesperado de las bestias al cielo,
rodeando mi cuerpo sin sentido…
Y en respuesta a ese clamor
arremete aquel viento de tormenta,
tromba brutal en arrebato de agua,
descargados con furia.
Abro mis ojos y del letargo saliendo
puedo darme cuenta,
que a la vida me encuentro volviendo,
me había quedado dormida.