¡Mal haya el sino de esa mano
que desgajó la
tradición...!
Quizá en su tumba un limonero
floreció un día de Pasión
y una nueva
nevada de azahares
sobre la
cruz desmigajó,
como lo hiciera aquella tarde
sobre la Cruz en
procesión,
en la
esquina de Miracielos,
¡el limonero del Señor...!