MEMBRIO: -Y por el matador, ¿no reza usted? -interrogué cuando...

-Y por el matador, ¿no reza usted? -interrogué cuando nos detuvimos ante el bello pórtico de la catedral.

- ¡También debo hacerlo! -exclamó miss Ada, después de vacilar un instante.

Emilia Pardo Bazán