Buenos días.
Amigo Ribero, esto será como cazar tórtolas en aquellos tiempos. Después del último partido tengo muy buenas sensaciones (ja, ja,...), así que, si no te importa, marcamos en la pizarra un 5-0.
Amigo Ribero, esto será como cazar tórtolas en aquellos tiempos. Después del último partido tengo muy buenas sensaciones (ja, ja,...), así que, si no te importa, marcamos en la pizarra un 5-0.
Buenos días, para ti y también para todos
En esta ocasión se nota en la porra que los culés están creciditos como la leche, y el resto estamos achantaditos. No sé muy bien que es lo que barruntan, pero si es lo que pienso, el charpazo que se van a llevar va a ser morrocotudo. Y luego hay algunos que en plan chulesco y burlón le dicen a Ribero: ¡“si no te importa, marcamos en la pizarra un 5-0”! Habrase visto un “CHENGUE navajero”, no sé como tengo ganas de dirigirme a ti; te libras que no parta las peras contigo porque hogaño la cosecha no ha sido muy allá. ¡Con que, Riberito, marca un 5 – 0 en la pizarrita!, ¡con qué lo va a marcar, con el pizarrín!, cinco capones bien daos son los que mereces que te marque, pero en tu cabeza.
RIBERO, haz el favor de darle la vuelta al marcador y pon para mí un 1 – 5; y que conste que pongo el 1 porque no quiero quitarle la mitad del jamón al amigo KUBALA; él ya sabrá compartirlo conmigo cuando le toque, lo mismo que yo hubiese sabido compartirlo con él, si me hubiese tocado a mí.
Así que, amigo CHENGUE, me da igual que vayas a cazar tórtola o elefantes, lo importante es que esta mañana salgas al campo a refrigerarte la cabeza de los cinco capones bien asentao que te he dao; así esta tarde la tendrás fresca para aguantar el chaparrón.
¡Abrígate, no sea que pilles un resfriao!
Tu amigo que te quiere y te desea lo mejor.
En esta ocasión se nota en la porra que los culés están creciditos como la leche, y el resto estamos achantaditos. No sé muy bien que es lo que barruntan, pero si es lo que pienso, el charpazo que se van a llevar va a ser morrocotudo. Y luego hay algunos que en plan chulesco y burlón le dicen a Ribero: ¡“si no te importa, marcamos en la pizarra un 5-0”! Habrase visto un “CHENGUE navajero”, no sé como tengo ganas de dirigirme a ti; te libras que no parta las peras contigo porque hogaño la cosecha no ha sido muy allá. ¡Con que, Riberito, marca un 5 – 0 en la pizarrita!, ¡con qué lo va a marcar, con el pizarrín!, cinco capones bien daos son los que mereces que te marque, pero en tu cabeza.
RIBERO, haz el favor de darle la vuelta al marcador y pon para mí un 1 – 5; y que conste que pongo el 1 porque no quiero quitarle la mitad del jamón al amigo KUBALA; él ya sabrá compartirlo conmigo cuando le toque, lo mismo que yo hubiese sabido compartirlo con él, si me hubiese tocado a mí.
Así que, amigo CHENGUE, me da igual que vayas a cazar tórtola o elefantes, lo importante es que esta mañana salgas al campo a refrigerarte la cabeza de los cinco capones bien asentao que te he dao; así esta tarde la tendrás fresca para aguantar el chaparrón.
¡Abrígate, no sea que pilles un resfriao!
Tu amigo que te quiere y te desea lo mejor.
Buenos días, para tí para Hili.
Bien sabe el amigo Ribero, para que se chinchen, que en nuestros respectivos “Curriculums Vitaes”, aparecen, en los apartados de experiencia laboral, la de “Secretarios” (oficio, sin beneficio, tan digno como otro cualquiera, que consistía en cargar con los“jachiperres”del cazador, incluso con los cabreos, avisar por donde venían ellas y cobrar las piezas, aparte de actuar como verdaderos fedatarios de la patulea de tórtolas que se habían abatido en aquel mes de agosto; mientras tanto, algunos, como el que mora en la barrera de la plaza, y toca el pito, sobando en el andén la mosca cojonera. Aquellos tiempos, a colación ahora, son parte de la historia de dos barcelonistas, que no eran, ni subalternos ni monosabios, eran “Secretarios”, no del obispo, no del ayuntamiento, sino de los condes y marqueses.
Querido amigo, El Baleares, si estuviera contigo viendo el partido, te pisaría el pie, como te hago cuando tocas el acordeón, para que te trabuques y grites, ¡hala barça, hala barça…!. ¡Y, por cierto!: sabemos de buena tinta que, el pizarrín de Ribero, chirría sólo cuando aparece algún madridista con ganas de poner números en el orden que no se debe. Aquí estaremos con los dientes apretados, y los cohetes preparados; porque, pase lo que pase, el jamón, según mi primo Antídoto, nos lo vamos a comer todos juntos, pero no revueltos, je, je, je…
No te voy a decir lo que haré esta tarde, pero, mañana, “Villanueva se vestirá de gala”, y con menos frío que en Canto Blanco.
Un abrazo muy, pero que muy fuerte.
Bien sabe el amigo Ribero, para que se chinchen, que en nuestros respectivos “Curriculums Vitaes”, aparecen, en los apartados de experiencia laboral, la de “Secretarios” (oficio, sin beneficio, tan digno como otro cualquiera, que consistía en cargar con los“jachiperres”del cazador, incluso con los cabreos, avisar por donde venían ellas y cobrar las piezas, aparte de actuar como verdaderos fedatarios de la patulea de tórtolas que se habían abatido en aquel mes de agosto; mientras tanto, algunos, como el que mora en la barrera de la plaza, y toca el pito, sobando en el andén la mosca cojonera. Aquellos tiempos, a colación ahora, son parte de la historia de dos barcelonistas, que no eran, ni subalternos ni monosabios, eran “Secretarios”, no del obispo, no del ayuntamiento, sino de los condes y marqueses.
Querido amigo, El Baleares, si estuviera contigo viendo el partido, te pisaría el pie, como te hago cuando tocas el acordeón, para que te trabuques y grites, ¡hala barça, hala barça…!. ¡Y, por cierto!: sabemos de buena tinta que, el pizarrín de Ribero, chirría sólo cuando aparece algún madridista con ganas de poner números en el orden que no se debe. Aquí estaremos con los dientes apretados, y los cohetes preparados; porque, pase lo que pase, el jamón, según mi primo Antídoto, nos lo vamos a comer todos juntos, pero no revueltos, je, je, je…
No te voy a decir lo que haré esta tarde, pero, mañana, “Villanueva se vestirá de gala”, y con menos frío que en Canto Blanco.
Un abrazo muy, pero que muy fuerte.