La fuente y el solitario abejorro
En la fuente
discreta y fresca mana el agua
y el solitario abejorro
que gira su vuelo sobre ella
siembra en el silencio
una lenta y monótona canción.
Es el alba con aromas
y en el paisaje
germina sin pausa la belleza
y los arrayanes
reverdecen en homenaje a lo perenne
y si extendemos la mirada
es el horizonte
con su inagotable azul
el que enmarca la floresta
los sususrros silvestres
agitados
por la alegría de vivir.
Perteneciendo
a ese retenido presente
está también el álamo
y el rumor de los álamos
el gorjeo furtivo
de un ave que canta
en los sembríos del sol
todos están así
sonoros y despiertos
en el corazón de la vida
solo en la fuente
donde abreva
el melancólico y lento abejorro
el agua brota incesante
desde el fondo gris
del ayer.
Samuel Cárdich
En la fuente
discreta y fresca mana el agua
y el solitario abejorro
que gira su vuelo sobre ella
siembra en el silencio
una lenta y monótona canción.
Es el alba con aromas
y en el paisaje
germina sin pausa la belleza
y los arrayanes
reverdecen en homenaje a lo perenne
y si extendemos la mirada
es el horizonte
con su inagotable azul
el que enmarca la floresta
los sususrros silvestres
agitados
por la alegría de vivir.
Perteneciendo
a ese retenido presente
está también el álamo
y el rumor de los álamos
el gorjeo furtivo
de un ave que canta
en los sembríos del sol
todos están así
sonoros y despiertos
en el corazón de la vida
solo en la fuente
donde abreva
el melancólico y lento abejorro
el agua brota incesante
desde el fondo gris
del ayer.
Samuel Cárdich