También lo habría reconocido. Está igual, aunque lucido, no sólo el pozo, sino la pared de la derecha, que era de piedras. Entre sus ranuras me dedicaba yo a la hora de la siesta a "liberar" a las indefensas moscas que habían caído "prisioneras" en las telas de los MORGAÑOS y chillaban despavoridas en el silencio de aquella hora de la tarde.
En algo tenía que notarse la influencia de aquellas lecturas de los comics del Capitán Trueno, Jabato, Guerrero del Antifaz, Roberto Alcázar y Pedrín que nos prestábanos los amigos.
Ahí estaba la "heroína" liberando a las "víctimas"... (No acababa ahí la hazaña... Seguiré otro día)
Pasé muchas horas sentada en el umbral de esa puerta, a la sombrita, cosiendo los vestiditos a mis muñecos y haciendo los distintos tipos de bordados que aprendí en el pueblo. Sola, pero la aguja y los hilos eran compañías muy alegres.
La ventana del fondo del cuarto de aseo, el pozo... practicamente siguen igual. Hasta ese escalón junto al pozo. Todo remozado: las contras de la ventana, la tapa del pozo... pero sigue siendo todo IGUAL. No podía usarse el agua para beber, pero sí para enfriar la gaseosas, las sandías...
¡Qué apetecibles chapuzones dentro de una "CORCHA", ahí a la derecha...!
También hubo algunos espisodios para mí horribles: la matanza de los cerdos... ahí, a la derecha; aunque a mí me echaban y estaba dentro, con los oídos tapados con las manos apretando con todas mis fuerzas para no oir, durante un rato interminable; pero una vez me asomé...
Si los muros contasen todo lo que han presenciado... La Historia de una familia, durante 9 años, día tras día, llena sobre todo de ALEGRÍAS y mucho, MUUUUUCHO AMOR.
¡Cómo no voy a sentir NOSTALGIA...!
En algo tenía que notarse la influencia de aquellas lecturas de los comics del Capitán Trueno, Jabato, Guerrero del Antifaz, Roberto Alcázar y Pedrín que nos prestábanos los amigos.
Ahí estaba la "heroína" liberando a las "víctimas"... (No acababa ahí la hazaña... Seguiré otro día)
Pasé muchas horas sentada en el umbral de esa puerta, a la sombrita, cosiendo los vestiditos a mis muñecos y haciendo los distintos tipos de bordados que aprendí en el pueblo. Sola, pero la aguja y los hilos eran compañías muy alegres.
La ventana del fondo del cuarto de aseo, el pozo... practicamente siguen igual. Hasta ese escalón junto al pozo. Todo remozado: las contras de la ventana, la tapa del pozo... pero sigue siendo todo IGUAL. No podía usarse el agua para beber, pero sí para enfriar la gaseosas, las sandías...
¡Qué apetecibles chapuzones dentro de una "CORCHA", ahí a la derecha...!
También hubo algunos espisodios para mí horribles: la matanza de los cerdos... ahí, a la derecha; aunque a mí me echaban y estaba dentro, con los oídos tapados con las manos apretando con todas mis fuerzas para no oir, durante un rato interminable; pero una vez me asomé...
Si los muros contasen todo lo que han presenciado... La Historia de una familia, durante 9 años, día tras día, llena sobre todo de ALEGRÍAS y mucho, MUUUUUCHO AMOR.
¡Cómo no voy a sentir NOSTALGIA...!
Has hablado "AMAPOLA" de los comic (antes le llamábamos tebeos... aunque T. B. O era una publicación aparte, pero eso es harina de otro costal...) del Capitán Trueno, Jabato, El Guerrero de Antifaz, etc; pero... ¿no sabrías decir que y dónde en el PUEBLO se vendían y se cambiaban a cambio de cierta cantidad? ¿Y el segundo sitio o lugar que también se hizo, y que estaba cerca de tu casa? Vamos a comprobar esa prodigiosa memoria. Aquí los que intervienen, creemos sinceramente que muy pocos. SALUDOS.
ADP, yo nunca supe eso... Nunca iba a comprarlos ni a cambiarlos. A mí me los facilitaba mi hermano, pero en cuanto veía uno de esos, los "devoraba"; él decía que se los prestaban los amigos... Recuerdo que un día que "Los Pacuchis" le mprestaron toda una colección del Cap Trueno; nos habían prohibido en casa leerlo, porque creían que no le dedicábamos tiempo al estudio. Mi padre nos vio y... ¡Uffff, menudo problemón...!
Yo sólo recuerdo haber comprado dos, en el año 60; me había ido a examinar a Cáceres de Ingreso de Bachiller. Como había aprobado con buena nota, mi madre me dijo qué quería que me comprase, que pidiese algo... Pedí un helado y un "cuento" del Cap Trueno. Me compraron dos de cada uno... Los de hadas me los prestaban en El Coso, niñas mayores, como Paqui la de la tía Tomasa. Pero me aburrían; eran todos muy parecidois, y además "ñoños"...