MEMBRIO: Tanto punto y aparte, tanto punto y aparte no procedía,...

OCURRIÓ UN DÍA COMO HOY.

Ladislao Kubala Stecz. Nació en Budapest, (Hungría), 10 de junio de 1927 y falleció en Barcelona, España, 17 de mayo de 2002).

Fue un futbolista y entrenador de fútbol español de origen eslovaco, apodado «Laszy».
Futbolista funcional, jugó mayormente de mediocampista ofensivo o delantero, es una las grandes leyendas del FC Barcelona y del fútbol español, y uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos. Integra la lista de los 50 Mejores Jugadores del Siglo XX elaborado por expertos e historiadores de FIFA. Es el tercer goleador histórico del FC Barcelona.
Posee el récord de haber defendido la camiseta de tres selecciones nacionales distintas, (Hungría, Checoslovaquia y España).
Kubala fue entrenador del FC Barcelona en dos etapas (temporada 1962-1963 y 1980-1981). Entrenó también al RCD Espanyol, Elche CF, Real Murcia, Córdoba, Málaga, Zúrich, Toronto City y Toronto Falcons.
Fue seleccionador español durante 13 temporadas (entre 1969 y 1980), lo que supone el récord de permanencia en el cargo. También fue seleccionador de Paraguay durante 1995 y de Arabia Saudita.

Nació en Budapest y la guerra le marcó su juventud condicionando su evolución como jugador. Para triunfar en el mundo del fútbol, Kubala hubo de jugarse su vida y la de su familia para dejar atrás el telón de acero. Hombre de profundas convicciones religiosas. Debutó en Primera con el Ferencváros. Durante la guerra emigró a Checoslovaquia y se enroló en las filas del Bratislava. Volvió a su país una vez firmado el alto el fuego para fichar por el Vasas de Budapest.
Internacional por España, su país de adopción, Hungría, su patria natal, y Checoslovaquia, la tierra de sus antepasados (sus padres fueron Eslovacos), el fútbol ha llevado a Kubala por medio planeta. Primero como jugador y, posteriormente, como entrenador. Después de disputar un partido en la capital húngara, se despidió de su madre sin confesarle que había decidido cruzar el telón de acero. Acompañado de otros cuatro compañeros de equipo y de varias personas más, cruzó la frontera austriaca en un camión con matrícula soviética. Tardaría años en volver a ver su madre.

Una vez en Occidente, los problemas continuaron. La Federación húngara le acusó de delincuente y estafador y la FIFA le suspendió durante un año. Durante ese periodo, el jugador se enroló en la filas del ProPatria, el único equipo italiano que le dio garantías económicas. Kubala acabó en un campo de refugiados en Cinecittá, donde ya le acompañaba parte de su familia. Entre otros, se encontraba su cuñado, el entrenador Fernando Daucik, el cual fundaría el Hungaria, un equipo integrado por exiliados que recorrió media Europa e incluso Sudamérica y fue muy afamado por su gran juego dirigido y organizado en su totalidad por Fernando Daucik. El entrenador que mas éxitos consiguió en distintos equipos en la historia del fútbol moderno español y europeo.

Kubala salvó su vida de manera milagrosa antes de llegar a España. Hay un momento clave en la vida del genial jugador. Tras huir de su Hungría natal, Kubala estuvo a un paso de fichar por el Torino. El club italiano vivía un momento dulce y estaba considerado como el mejor equipo de Europa. A pesar de las buenas perspectivas y de la delicada situación del jugador, lo cierto es que no llegó a un acuerdo con la entidad turinesa pero el fichaje no se llevó a cabo. Poco después, aquel histórico equipo realizó una triunfal gira por Portugal y Europa. De vuelta a Italia, el avión que trasladaba a la expedición sufrió un terrible accidente en Superga. Los equipos de rescate no encontraron supervivientes entre el pasaje. De haber fichado por el Torino, Kubala hubiera formado parte de la plantilla que realizó aquella gira fatídica.

En una de sus giras con el Hungaria recaló en Barcelona para disputar un amistoso frente al Espanyol. José Samitier, director técnico del F. C. Barcelona, quedó prendado con las evoluciones de aquel maravilloso jugador de 23 años. El 15 de junio de 1950 firmaba por el Barça. Con los azulgranas sólo se le resistió la Copa de Europa, aunque disputó la final de 1961 frente al Benfica. Tras retirarse en 1962, siguió ligado a la disciplina azulgrana. Poco después se convertía en el máximo responsable técnico. Desde el banquillo ganó una Copa de Ferias, pero un mal inicio en la liga 62-63 le valió la destitución. Kubala quiso entonces volver a jugar, pero la directiva se negó en redondo. Ofendido, fichó por el Espanyol y descolgó las botas a sus 35 años.

Después de su retirada definitiva, dirigió la seleccíón española durante once años, a la que clasificó para el Mundial 78 y la Eurocopa 80. Posteriormente, volvió a entrenar al F. C. Barcelona antes de iniciar un nuevo peregrinaje por medio mundo.
Pasaba horas y horas con el balón en los pies. Fue el primer especialista en los lanzamientos a balón parado. Nadie antes había ejecutado las faltas golpeando el esférico con el interior del pie para superar la barrera. En los entrenamientos solía cruzar apuestas con sus compañeros sobre las veces que conseguía enviar el balón al travesaño.
Kubala está considerado como uno de los mejores jugadores que ha vestido la camiseta azulgrana de todos los tiempos siendo enterrado al morir en el cementerio de personajes ilustres de Barcelona, junto con varias insignias del club y una bandera del mismo.
Su fallecimiento en 2002 nos devolvió a la memoria aquel hombre sencillo con unas dotes geniales para jugar al fútbol.

Buenas noches VIRGO, efectivamente la vida de Kubala fue muy interesante, y aunque he de decirte que yo soy merenge siempre me sentí atraido por su calidad humana y futbolistica.
Te doy la enhorabuena por el foro tan activo que teneis, del cual tu eres un puntal muy importante, el nuestro atraviesa ahora algún bachecillo que otro.
Gracias por todo y quedas invitado a participar cuando quieras.
Saludos

Paloma blanca, paloma blanca, blanca como la nieve; quen me iba adecir a mí, después de tantos años que alguien se iba a acordar de el gran Laszy.
Me chivan por aqui:"Ten cuidado con lo que escribes, que vienes de la fiesta, y, efectivamente, no es lo mismo ir de fiesta que venir de fiestuquy, ¿o
si?, todo se trataba, ni más ni menos, que de darle la despedida a uno de mis mejores compañeros.
Ojalá esta despedida me la hubieran hecho a mí hacce muchos años; y, a
todo esto, ¿A quien le importa?
Buenas noches a todas, y a todos.

Tanto punto y aparte, tanto punto y aparte no procedía, pero en fín, así ha salido
y así se lo hemos mandado. Bona nit, por si está por ahí alguien de Cataluña.