Amigo CHENGUE:
¡Y yo que sé lo qué haría el tío de la armónica, supongo que estaría tocando alguna toná del
Pueblo, de las de entonces, de las de toda la vida! Él no solía prodigar sus salidas más allá del alto la
charca, y lo raro es que en esta ocasión le pillaran; claro, que tú no estarías muy lejos, aunque si no te veo por aquí, es que las paperas, el sarampión, o algún dolor de muelas, te jugaron una mala pasada.
Qué buen día te perdiste, amigo Chengue, y eso que no me acuerdo.
Te
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