Aun recuerdo esa canción de Dylan: “Llamando a las puertas del cielo”, de la banda sonora de ese peliculón de título, Pat Garret & Billy the kid, de un tal Sam Peckinpah. Y, me recuerdo, obviamente, porque a esas puertas estoy llamando; aunque dentro de poco se me vuelvan a cerrar por la sangre de mi sangre. La ventaja de ver y oír semejantes obras de arte, es que llega uno a sentirlas como propias; es decir, a identificarse. Tal cuestión es peligrosa, porque se convierte uno en un individuo demasiado monotemático y de eso hay que huir. Claro que, a ciertas edades, cada cual tiene derecho a ver, oír y sentir- en español, he de decir- películas de Berlanga (q. e. p. d) y poco más. Noto que cada vez soy más claustrofóbico- y no es metáfora- aunque sigo siendo el perfecto contradictorio. No sé porqué digo esto, pero lo digo de corrido. Debe de ser porque me ha costado bastante decirlo. Bueno, en realidad lo que quiero es saludar al personal del foro, sin más preámbulos (Que este es enorme en forma aunque de poca esencia en cuanto al fondo) Saludos desde el mar Tirreno. PC
Buena noticia, hermano. Hablaremos.
Un beso.
Un beso.
Chengue buenos días hace días que no nos saludamos. Te mando un beso
Aunque de noche, a destiempo, con viento del suroeste, mando otro beso a esas lejanas tierras del cierzo. Veo que algunas, y algunos, todavía colean; eso es bueno.