Ayer me encontré en una calleja una tortuga mu chiquinína, me la
traje a
casa, pensando que era de esas compradas, pero me dícen que nó, que es un galapaguíno. Le puse una
piscina provisional en el
patio con
piedras en el
agua y
comida, y esta mañana ya no está. ¡Donde se habrá metío el Joío!