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–Tú no te preocupes por eso, que voy yo allí mañana.
Así que, en efecto, se fue con él. Cogió y se espelucó el pelo, se
empelotó, y allí toa en pelete, se echó los pelos por la cara. Así que
llegó el oso a otro día, y dice:
– ¿Has traído eso que te he dicho?
Y la mujer estaba mala y to, estaba, pues, con su mes, con su
regla. Así que, llegó y dice el hombre:
–Pues ahí le tengo, atado en la rueda del carro.
Así que, en efecto, se fue con él. Cogió y se espelucó el pelo, se
empelotó, y allí toa en pelete, se echó los pelos por la cara. Así que
llegó el oso a otro día, y dice:
– ¿Has traído eso que te he dicho?
Y la mujer estaba mala y to, estaba, pues, con su mes, con su
regla. Así que, llegó y dice el hombre:
–Pues ahí le tengo, atado en la rueda del carro.