El bosque todo plateado
amaneció de armaduras.
Los soldados sin aliento,
cabalgaban contra el viento.
Hasta que un aroma intenso,
humeante, acaramelado,
llegó del árbol más alto,
sin dudarlo se treparon.
Y aunque de pocos modales,
después de golpear la puerta,
encontraron a la ardilla
atareada entre vajillas.
-Por favor, querida dama
la venimos a invitar
a conocer el castillo
y a nuestro rey convidar.
amaneció de armaduras.
Los soldados sin aliento,
cabalgaban contra el viento.
Hasta que un aroma intenso,
humeante, acaramelado,
llegó del árbol más alto,
sin dudarlo se treparon.
Y aunque de pocos modales,
después de golpear la puerta,
encontraron a la ardilla
atareada entre vajillas.
-Por favor, querida dama
la venimos a invitar
a conocer el castillo
y a nuestro rey convidar.