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MEMBRIO: Y montó en sus alas, montó y se agarró muy bien agarrá...

Y montó en sus alas, montó y se agarró muy bien agarrá del
cuello del cuervo, ¿verdad, Ana? Y empezaron a volar y a volar. Y
ya que iba mu alante, iba muy cansado, el cuervo se sacudía y empezó
a menearse, venga menearse, y dice la zorrita:
–Cuervecito, cáete cuando quieras que, cuando tú te caigas, me
caigo yo.