MEMBRIO: CRONICA SOCIAL-. LA MALDICION EN EL PUEBLO. II PARTE...

CRONICA SOCIAL-. LA MALDICION EN EL PUEBLO. II PARTE Y FIN

. Un grupo de personas con relevante autoridad y más influencias en el pueblo, querían poner fin y acabar con estos maleficios que angustiaban a los vecinos. Las reuniones para la discusión se llevaba en un oscuro doblao de una casa abandona en las proximidades a la plaza, en una calle chica, poco transita, recordada por su nombre de muerto (La Calavera) y más por la ubicación de un cementerio del siglo pasado, parecía que a la vista de los demás la sospecha se esfumaba, en el caso de que algún avispao la curiosidad les llevara al sospechamiento de lo que allí se mascaba, que tanta influencia tenia para levantar la maldición enraizada, que a los lugareños ahogaba.

La primera conclusión fue, que todo muerto enterrado seria juzgado, por un jurado de siete miembros (este número impar no dejaba al muerto sin sentenciar), con más gente a favor se procedería a clavar al desenterrado una estaca puntiaguda en la parte del cuerpo que mas hubiera contribuido a sus fechorías, si robó, en las manos, si a su familia la guió por el mal, en el centro de la cabeza, si envenenó, en el estomago, si fue por asuntos de sexo, en sus partes, si apuñaló, en el hígado, y así sucesivamente lo que procediera, volviendo a ser devuelto a su panteón con las estacas que meritoriamente se gano en vida, que de muerto se les clavó, que bajo tierra de poco le van a servir, de difícil explicación y peor justificación para del infierno salir.

La maldición en el tiempo desapareció, se supone que fue gracias a las juzgadas ejecuciones llevada a cabo por “los sietes”, como así le recordaron los mas viejos del lugar, y de los que nadie quieren saber mas allá de sus anonimatos, de esto poco interesó, solo que invernó, jamás apareció, y en falta nadie echó.

Estacas como las que se encuentran en el retrato fueron encontradas en distintas casas en ruinas, que posiblemente utilizaban como pequeñas cuevas internas oculta tras puertas de alacenas. ¿quien puede afirmar que estas no son las utilizadas en dichos actos y otros que a nuestros ojos vagos no ven?. La cabeza dice que me vuelva a callar, y las entrañas sujetas con ansias de explotar, ¡que lo cuente ¡, ¡que lo cuente ¡………… ¡bah ¡… ¡bah ¡……………dejémoslo ………mañana algún inconsciente atrevido, carente de imaginación, nos puede señalar como un cronicuento de milongas sin comprobar…… razón no le va a falta, a él ……, conmigo, ni cuente…………………es lo que hay …………………….. tasio……… ……………………………..