13-Se queda solo, sombrío
el pueblo; sus calles, mudas;
papeles y hojas menudas
con que juega a su albedrío
un viento de formas rudas.
Y un silencio dolorido,
sepulcral, de camposanto,
pone una nota de espanto
por los hijos que han partido
a otra parte con su encanto.
Más les queda la esperanza
a estas gentes extremeñas
tornar a tierras sureñas,
tras un año de añoranza,
a sus fiestas agosteñas.
el pueblo; sus calles, mudas;
papeles y hojas menudas
con que juega a su albedrío
un viento de formas rudas.
Y un silencio dolorido,
sepulcral, de camposanto,
pone una nota de espanto
por los hijos que han partido
a otra parte con su encanto.
Más les queda la esperanza
a estas gentes extremeñas
tornar a tierras sureñas,
tras un año de añoranza,
a sus fiestas agosteñas.